Todos podemos recordar este espacio por el impresionante cráneo y defensas de Mamut, que había aparecido en el Polígono de Toledo en el año 1972, y que recibía al visitante, nada más descender la angosta escalera que conducía a este subterráneo.
Después de varios años cerrada, la colección de arqueología se instaló en el año 2010 en el crucero superior, aunque duró poco, porque la exposición del Greco del año 2014 provocó que fuera desmontada y guardada.
A fecha de hoy, el Museo de Santa Cruz no tiene expuesta ninguna de las piezas de su colección de arqueología (salvo las visigodas instaladas en el Museo de los Concilios y algunas piezas de gran porte que se encuentran en el claustro). A pesar de que muchos toledanos desde hace años, incluidos los directores del museo, hemos reivindicado la necesidad de un Gran Museo de Santa Cruz, digno, en consonancia con la rica historia de nuestra ciudad y provincia, las autoridades responsables, después de que en años anteriores se hubieran gastado grandes cantidades de dinero público en la rehabilitación del magnífico espacio de Santa Fe, donde se encuentran los restos de los palacios musulmanes (que habrían sido un magnífico fondo para un Museo Arqueológico), y en un proyecto museográfico para mostrar la colección permanente de forma atractiva y moderna, decidieron, de forma imprevista, y sin tener en cuenta las necesidades urgentes y reales del museo, entregar el espacio de expansión natural para instalar una colección de arte contemporáneo, que nadie pidió, y que no hacía falta ser adivino para saber que las visitas al mismo iban a ser poquísimas, como al parecer está sucediendo, mientras que el arte contemporáneo toledano permanece guardado en almacenes o repartido por instituciones, y la colección arqueológica y gran parte del resto de la colección permanente, se encuentra criando polvo en oscuros almacenes, sin que los ciudadanos podamos disfrutar de ellas.
Traemos aquí una pequeña selección de fotografías, para el recuerdo, tomadas, en su momento, en este "Museo del Sótano", por I.Sánchez.
Isabelo Sánchez