Segóbriga

Tras visitar la exposición sobre la villa romana de Noheda, pensamos que estaría bien hacer una excursión familiar este fin de semana. Sin embargo, tras buscar en internet llegamos a la conclusión de que el yacimiento no era visitable por lo que, momentáneamente, quedó suspendido el viaje. 

Como ya habíamos decidido salir, buscamos otro destino cercano y después de valorar el Parque Arqueológico de Recópolis, la ciudad hispano-musulmana de Vascos, o la ciudad romana de Segóbriga, y aunque ya habíamos visitado esta última en varias ocasiones, nos decidimos por la ciudad romana. Rodrigo nos animó a la visita, ya que al parecer se habían abierto nuevas zonas relacionadas con  descubrimientos recientes en la zona del circo.

Habíamos trasnochado un poquito el día anterior por lo que nos costó levantarnos, así que salimos un poco tarde, pero con un día estupendo. La última vez que estuvimos aquí, Paula era muy pequeña y todavía iba en carrito. Aunque aun no se entera muy bien, le gustan mucho este tipo de excursiones por lo que se lo pasó en grande. Además, es una niña que prácticamente no da problemas y aguantó a pesar de que el sol pegaba de lo lindo en lo alto del cerro de Cabeza de Griego.

Entrada al Parque Arqueológico de Segóbriga

Hubo que correr un poco a la entrada, la última visita guiada ya había salido y si nos apresurábamos un poco podíamos alcanzarla en las primeras zonas de la ciudad.

La guía nos enseñó el Foro, la basílica romana y las termas, después seguimos la visita por nuestra cuenta, bajo un sol de justicia aliviado esporádicamente por rachas de aire fresco, restos todavía de la bajada de temperaturas del día anterior.
Nos habían advertido que no se pueden pisar las gradas del teatro, a pesar de todo, un grupo de niños corría por ellas sin ningún control. Llama la atención que no existe ningún vigilante por toda la zona, por lo menos cuando nosotros estuvimos. Aunque existen algunas vallas, delimitando en cierto sentido el yacimiento, y flechas, de vez en cuando, en el suelo, que muestran un recorrido, pero no queda muy claro a qué lugares se puede acceder y a cuáles no.

De hecho subimos a lo más alto del cerro, donde se encontraba la fortaleza islámica, sin saber si se podía subir hasta allí, aunque pensándolo bien, el campo es campo y si no está vallado... El caso es que no encuentras ninguna marca o señal que indique un camino hacia la cima, pero en la zona alta hay  mas flechas que señalan el recorrido, por lo que en algún momento el lugar formó parte de la ruta del yacimiento, aunque ahora parecía abandonada.

Vistas desde lo alto del cerro. Al fondo en los cerros lejanos se divisa otra fortaleza.

En todo caso, y aunque no existieran restos importantes dignos de ser mostrados, la visita a la zona más alta es altamente recomendable ya que desde allí se divida todo el entorno y nos ayuda a situar mejor el yacimiento de Segóbriga en su contexto. Ya sabemos que un yacimiento no son, o no deben de ser solamente los restos materiales, sino que también forma parte del sitio el paisaje, o su entorno inmediato.

Vista de la zona del foro y las termas desde la zona alta



En la escena del Teatro




En este mismo elemento arquitectónico fotografié hace cerca de diez años a Rebeca. ¡Habrá que buscar esa foto!

Paula realizando poses
Rodrigo y Paula

e Inma.




... que perdemos el equilibrio....


Anfiteatro




Paula haciendo la cabra...





Durante los trabajos de excavación para determinar la traza del circo se ha constatado que el mismo se ubicó en una zona que previamente había estado ocupada por una necrópolis de incineración, lo que supuso la destrucción de por lo menos un centenar de tumbas, muchas de ellas marcadas por monumentos funerarios, estelas como la reconstrucción que aparece en la fotografía superior e inferior.

En la fotografía de arriba se muestra la estela funeraria dedicada a la esclava Lucunda, que apareció fracturada en tres piezas, rotura que probablemente se produjo durante los trabajos de construcción del circo. En la parte superior aparece la difunta, sentada y tañendo la lira, mientras que en la parte inferior aparece la inscripción funeraria.

En la ladera de la vaguada aparecen varias estelas in situ

Fotografía aérea de un cartel informativo, donde se ve la vaguada

En la zona de la vaguada, en el lado norte, se aprecian perfectamente las zonas donde estuvieron ubicadas las piras funerarias.

Cartel que indica la entrada al parque

Museo






La verdad es que el Parque ha cambiado poco desde la última vez que estuvimos, por lo menos hace cinco años. Salvo la zona del circo y la necrópolis de incineración, el yacimiento, las informaciones o el museo prácticamente siguen igual. Se han redactado folletos que se encuentran en la página de www.patrimoniohistoricaclm.es, y también aquí se pueden descargar las audioguías en formato mp3, que pueden escucharse frente a los carteles informativos, aunque nosotros no las probamos. En todo caso el yacimiento sigue siendo impresionante y resulta una visita muy agradable. Lo pasamos bien.

Fotos: Isa e Inma