Los límites del Conjunto Histórico. ¿Son los límites que se manejan actualmente en los documentos oficiales correctos?

Isabelo Sánchez Gómez
Licenciado en Geografía e Historica

Los límites históricos

La ciudad de Toledo se encuentra ceñida por el río Tajo aproximadamente por tres cuartas partes de su perímetro. Es decir, por el este, sur y oeste. El gran valle creado por el río actuó en el pasado como una gran barrera defensiva, por lo que, a pesar de que las murallas rodearon por completo la ciudad, en las zonas donde existía río, estas tuvieron una entidad limitada, y  las defensas más potentes se levantaron en las zonas más vulnerables de la ciudad al norte de esta.  De esta manera,  río y muralla, son claros elementos que diferencian actualmente un espacio, el de la ciudad amurallada interior, y el del exterior.
A pesar de esta realidad,  se sabe que el poblamiento de la ciudad no se circunscribió al interior del peñón, sino que también se poblaron los espacios limítrofes. Fuera de las murallas siempre han sido visibles toda una serie de edificios importantes y restos arqueológicos, o se conoce la existencia de hallazgos en el entorno de la ciudad, desde muy antiguo. En el exterior de las murallas está uno de los elementos patrimoniales más importante, conocido desde la antigüedad, como es el Circo Romano, y un posible templo al noroeste de este. En su entorno inmediato hoy podemos ver la Ermita del Cristo de la Vega, pero  se sabe que dicha ermita se levanta con mucha probabilidad sobre el “martirium” de Santa Leocadia, y sobre el lugar que luego se erigió, en tiempos visigodos, la basílica de la Santa, donde tuvieron lugar varios concilios de la iglesia. Se conoce que todo el arco que forma parte de la vega, y toda la ladera que sigue desde el puente de San Martín, hasta el Cerro de la Horca, en San Antón,  es una zona cementerial romana, visigoda,  musulmana y judía, también desde hace mucho tiempo. La Vega también fue lugar de ubicación de las villas romanas de las élites. Las excavaciones en Vega Baja han demostrado que toda el área estaba ocupada por lo que debió ser el “suburbium” de la capital del reino visigodo, donde además se encontraban los principales edificios del poder, como el pretorium o palacio, y la basílica pretoriense, y el lugar fue ocupado también en época islámica.  En el entorno inmediato del circo también se conocía la existencia de las ruinas del convento de San Bartolomé. Justo enfrente de la puerta de Bisagra se encuentra el Hospital de Afuera o de Tavera, y un poco más allá se encuentra el ábside Mudéjar del actual hotel María Cristina, la Plaza de Toros, la Ermita de San Eugenio, o las ruinas del anfiteatro romano, y al otro lado del río, en la Vega, los Palacios de Galiana, el Castillo de San Servando, las ruinas del acueducto romano, o  el Cerro del Bú. .
Toledo fue declarado Monumento Histórico Artístico, junto a Santiago de Compostela, mediante Decretode 9 de marzo de 1940. Sin embargo, en el contenido del decreto no encontramos ninguna delimitación de las zonas protegidas. Según el artículo primero “Se declaran Monumento histórico-artístico las ciudades de Santiago y Toledo”. Para encontrar la delimitación del espacio protegido tenemos que irnos a  1968, cuando se publicó la Orden de 5 de mayo de 1965 que contenía las “Instrucciones de la Dirección General de Bellas Artespara la aprobación de proyectos de obras en las zonas de la ciudad de Toledoafectadas por la declaración de Conjunto Histórico-Artístico”. Este decreto, que fue publicado tres años después de su aprobación, en marzo de 1968 fue modificado, sin embargo, apenas dos meses después, mediante la Orden de 23 de julio de 1968. Los planos de las delimitaciones sin embargo se encuentran en la orden anterior. En las instrucciones se definen tres “Sectores afectados por la declaración”, de 1940: 
  • Zona histórico-artística propiamente dicha, que corresponde a la definida por el Decreto de 9 de marzo de 1940, marcada en el plano correspondiente. Esta zona comprende aparte del recinto amurallado de Toledo, las márgenes del Tajo con los puentes y puertas, la zona del circo romano y el castillo de San Servando. 
  • Zona de respeto y protección del paisaje y silueta urbana delimitada en el plano adjunto. 
  • Zona de ordenación especial: a) Zona de los Cigarrales, delimitada en el plano, y b) Zona de acceso a Toledo por la carretera de Madrid. 
Ilustración 1. Mapa incluido en las Instrucciones de Bellas Artes de 1965 en el que se dibuja el Conjunto Histórico-Artístico de Toledo

Hasta el día de hoy no se ha realizado modificación alguna de dicha delimitación, ni se ha dictado orden alguna que derogue las delimitaciones que se recogieron en aquélla de 1968, por lo que entiendo que a fecha de hoy, los límites que se contienen en dicho decreto, y las zonas que se establecen siguen estando en vigor, y por tanto las protecciones, incluida la delimitación especial de la zona de Vega Baja.
Para lo que estamos tratando en este trabajo, sin embargo, me interesa sólo la primera de las zonas mencionadas: “Zona histórico-artística propiamente dicha, que corresponde a la definida por el Decreto de 9 de marzo de 1940, marcada en el plano correspondiente. Esta zona comprende aparte del recinto amurallado de Toledo, las márgenes del Tajo con los puentes y puertas, la zona del circo romano y el castillo de San Servando”. 
  
Ilustración 2. Mapa de las Instrucciones de Bellas Artes de febrero de 1965 donde se muestran las Zonas de protección del Conjunto Histórico-Artístico donde se marcan: Zona histórico-artística, zona de respeto, zona de ordenación especial y zona verde. 
En los mapas que se incluyen en la Orden del 5 de mayo de 1965 aparece un primer plano titulado Conjunto Histórico Artístico de Toledo en el que se dibujan varios monumentos de la ciudad, incluida la Plaza de Toros, Santa Leocadia, o las ruinas del Circo Romano (Ilustración 1) Recordemos que la delimitación del texto dice que en se incluye la Zona del Circo Romano. En el plano siguiente, hay una perspectiva más amplia, porque se refiere a las “Zonas de Protección del Conjunto Histórico Artístico de la Ciudad de Toledo”. Aquí aparecen en una leyenda cuatro zonas: Zona histórico-artística, Zona de Respeto, Zona de Ordenación Especial, y Zona Verde. Es difícil distinguir las líneas en un plano en blanco y negro, lleno a su vez de curvas de nivel. Parece clara la zona Especial de los Cigarrales, y la Zona de Respeto (Ilustración 2).
Con una ampliación de la zona que nos interesa, se ve más claro cuál es el ámbito que se incluye como zona histórico-artística propiamente dicha (Ilustración 3). Es evidente que la zona delimitada excede en mucho las murallas, e incluye el Circo Romano, los barrios de Antequeruela y Covachuelas, parte de San Lorenzo, la Plaza de Toros, una pequeña parte de la vega alta y el Castillo de San Servando.

Ilustración 3. Zona ampliada del mapa anterior. 
En rojo se ha marcado la línea que delimita la zona 
histórico-artística, en el área donde se puede 
seguir esta línea, aunque es lógico que el resto
 de la delimitación pase por la ladera de la margen
 izquierda del río. 

Si revisamos ahora la documentación referente a la propuesta de inclusión en la lista del Patrimonio Mundial de Unesco, de 1985 (Dicha documentación se encuentra reunida en una carpetilla en el Archivo Municipal, accesible en su página web), vemos que en el formulario de inscripción, firmado por el Director General de Bellas Artes y Archivos, se encuentra el apartado b.2.2, referido a “Medidas de protección de naturaleza histórica, artística o cultural”, de la propuesta. Ahí, también se recoge que  “El conjunto de la ciudad fue declarado monumento de interés histórico y artístico, y situado bajo la tutela del Estado por Decreto de 18 de abril de 1940. Este declaración delimita tres zonas con grados de protección distintos”. Justo debajo se indica “Ver la Orden de 5 de mayo y los planos que figuran en el anexo español”. Es decir, la delimitación propuesta para la inclusión de la ciudad de Toledo en la Lista del Patrimonio Mundial, es las misma por la que se había delimitado el Monumento Histórico-Artístico de 1940, es decir, las Instrucciones de Bellas Artes. Las zonas de protección del monumento, son las mismas aquí y allí:  “Zona histórica y artística, zona de Cigarrales, carretera de Madrid y zona de respeto que comprende todas las otras”, y además, se hace referencia a dos planos, uno a escala 1/50.000 sobre el original del mapa nacional de España que refleja la localización geográfica y las delimitaciones de la protección, y otro mapa a escala 1/10.000 sobre el original del mapa topográfico español con la delimitación más próxima a la ciudad. En el informe del Ministerio de Cultura que sirvió de base para rellenar el formulario citado, existe un apartado denominado “4. Delimitación de los Ámbitos de Protección”, en el que se incluyen los dos mapas citados.
En el mapa de la Ilustración 4, podemos distinguir una zona de respeto, otra de ordenación especial, y otra zona histórico-artística que claramente se parecen mucho, o son iguales,  a las zonas que se incluía en las Instrucciones de Bellas Artes. Es decir, es el mismo plano que el de 1965, aunque las zonas marcadas aparecen más claras, sobre todo en el plano 1:10.000. La delimitación de lo que se está incluyendo para ser declarado Patrimonio de la Humanidad son todos los espacios, es decir, tanto la zona de respeto, como la zona de ordenación especial, y la zona histórico-artística. En este plano se ve más claramente la zona señalada y propuesta como histórico-artística propiamente dicha.
Ilustración 4. Mapa que acompaña a la documentación preparada por el Ministerio de cultura para incluir a la ciudad de Toledo en la Lista del Patrimonio Mundial, en el apartado 4. "Delimitación de los Ámbitos de Protección".

Ilustración 5. Mapa incluido en la documentación del Ministerio de Cultura en 1985 que sirvió para delimitar el espacio para la declaración de Toledo como Patrimonio de la Humanidad. En este caso más detalle a escala 1:10.000

Como decía, en el plano 1:10.000 está más clara la zona histórico-artística (Ilustración 5). En la zona norte, que es la que mejor se veía en el plano de 1965, prácticamente es igual, y las diferencias son perfectamente achacables a que el plano de 1965 tiene mucha menos resolución que el de 1985. En todo caso las diferencias son mínimas como se ve en el montaje de la Ilustración 6, sobre el plano de Google Earth. Como se puede ver, en la zona protegida se incluye el Circo Romano, parte de los bloques de la Reconquista, parte de San Lázaro, la Plaza de Toros, los barrios de Antequeruela y Covachuelas, hasta el actual Parque del Crucero, prácticamente todo Safont, parte de la Vega Alta, y el Castillo de San Servando, incluida parte del Hospital Provincial.

Ilustración 6. Comparativa entre la linea de delimitación del Conjunto Histórico-Artístico de 1965, en amarillo, y la de 1985, en verde. 

Los límites en el PECHT y en UNESCO

          Si los planos y textos legales e informes que mostramos en el apartado anterior son los planos y textos originales que sirvieron para delimitar lo que se consideraba Monumento Histórico-Artístico, por un lado, y Patrimonio de la Humanidad[1], por otro, y si no existe documentación alguna o acto legal que haya modificado tales límites, los planos que se utilizan en la actualidad, tanto en el planeamiento urbano y la gestión del monumento histórico-artístico  (POM, Planes Especiales, Planes de Gestión si existieran, etc.) como en la documentación referida a Patrimonio de la Humanidad, deberían ser los mismos o, debido a los avances en la representación gráfica del territorio mediante herramientas informáticas, deberían ser mapas creados con más resolución, pero marcando las mismas líneas de los límites o zonas.
            La Ley del Patrimonio HistóricoEspañol de 1985 (LPHE) establece en su artículo veinte que “La declaración de un Conjunto Histórico, Sitio Histórico o Zona Arqueológica, como Bien de Interés Cultural determinará la obligación para el Municipio o Municipios en que se encontraren de redactar un Plan Especial de Protección del área afectada por la declaración u otro instrumento de planeamiento de los previstos en la legislación urbanística que cumpla en todo caso las exigencias en esta Ley establecida”. La Ley de Patrimonio Cultural de Castilla-La Mancha 2013 (LPCCLM) dice en su artículo 39 que prácticamente lo mismo.
            Es decir, para conocer qué delimitación se considera actualmente en relación al Conjunto Histórico hay que acudir al Plan Especial del Casco Histórico de Toledo, ya que es el instrumento que marca la ley para proteger ese ámbito, y debe ajustarse al área afectada, es decir, deben estar definidos los límites sobre los que se aplica el plan.
            El Plan Especial se redactó y aprobó en el año 1997. En 1998 se aprobaron y publicaron las Ordenanzas del Plan Especial, que complementan o concretan determinados aspectos de aquél y/o dicen cuáles son vinculantes y cuáles no. Según el artículo 1º de estas últimas “El Plan Especial del Casco Histórico de Toledo (PECHT) tiene por objeto la protección del área afectada por la declaración de Conjunto Histórico”. No existe ningún apartado más de delimitación, por lo que se entiende que las áreas sobre las que se debe aplicar el Plan o la Ordenanza, son las establecidas con anterioridad, que como decíamos más arriba, son las que en su momento establecieron las Instrucciones de Bellas Artes de 1965, porque no ha habido otras.
Sin embargo, cuando nos vamos a la planimetría, encontramos varios planos con la misma forma en la que se regulan diversos aspectos del plan como las alturas de edificación, zonificación, sectores monumentales y edificios con valor patrimonial, etc. Siempre, dichos planos tienen la misma silueta o límites (Ilustración 7).
Ilustración 7. Uno de los planos que aparece en el Plan Especial del Casco Histórico de Toledo de 1997, en el que se aprecia la silueta con los límites que también aparecen en el resto de planos.

No he encontrado de dónde sale,  o por qué se determinó la silueta mencionada. No coincide con los límites establecidos en las Instrucciones de Bellas Artes. En la zona sur, y suroeste, coincide prácticamente,  y se parece algo en la zona oeste a los planos de la declaración del Patrimonio Mundial, pero en la zona norte existe gran diferencia con la delimitación existente, tanto en las Instrucciones de Bellas Artes como en la documentación de la zona declarada Patrimonio Mundial. Se excluye claramente el Circo Romano, Parte de los Bloques de Reconquista, San lázaro, Tavera, la Plaza de Toros, el barrio de Covachuelas, gran parte de Safont, y la zona de Vega Alta al norte del puente de Azarquiel, como se puede comprobar en la ilustración 8.
Ilustración 8. Comparativa entre la línea amarilla que corresponde con la delimitación de la declaración de Monumento Histórico-Artístico establecida en las Instrucciones de Bellas Artes de 1965, la línea verde que representa la zona declaraca Patrimonio de la Humanidad de 1986, y la zona azul que es el área protegida según el PECHT, y que debería abarcar el "área afectada por la declaración". 

En relación al área delimitada como Patrimonio Mundial por la UNESCO, como hemos visto más arriba, las zonas delimitadas son muy claras. Como sucedía en el caso del área afectada por la declaración de 1940, tampoco he encontrado documentación alguna que haga referencia a un cambio en los límites propuestos y aprobados por UNESCO en su momento.
Ilustración 9. Plano que aparece en la página de UNESCO a escala 1:40.000. Se muestra en rojo la zona delimitada como Ciudad Histórica, y en verde la zona delimitada como zona de amortiguamiento.

En la página Web de UNESCO podemos encontrar varios documentos referidos a la Ciudad Histórica de Toledo, entre ellos cuatro mapas, dos de ellos referidos a 1986: Ciudad Histórica de Toledo-Mapa de la zona de amortiguamiento de la propiedad Patrimonio Mundial,   Ciudad Histórica de Toledo-Mapa de la Propiedad Patrimonio Mundial; y otros dos referidos a 2013: Ciudad Histórica de Toledo-mapa de aclaración de la propiedad inscrita/adoptado, y Ciudad Histórica de Toledo-mapa de aclaración de la propiedad inscrita/adoptado. En realidad, los mapas de 1986 y de 2013 son los mismos, por lo sólo hay dos mapas, aunque aparezcan cuatro. Uno de ellos (tanto en el de 1986 como en el de 2013) (Ilustración 9) tiene  la leyenda “Historic City of Toledo (ES-379)”, y muestra a escala 1:40.000 el espacio que se considera Ciudad Histórica marcada en rojo en el centro, y en verde claro se marca la zona de Amortiguamiento; el segundo (tanto en el de 1986 como en el de 2013) (Ilustración 10) tiene la misma leyenda que el anterior, pero se trata de un mapa a escala 1:10.000 en el que se muestra en exclusiva lo que se considera Ciudad Histórica, marcado en rojo.
Ilustración 10. Plano que aparece en la página de UNESCO a escala 1:10.000. Se muestra la zona considerada como Ciudad Histórica 

Lo primero que salta a la vista es que estos dos mapas no son los mapas que en su momento el Ministerio de Cultura adjuntó al expediente para solicitar la inclusión de Toledo como Patrimonio de la Humanidad. Aquéllos eran mapas dibujados a mano sobre una cartografía impresa, mientras que estos claramente son mapas digitales, aunque lleven la fecha de 1986.  Y en la comparativa (Ilustración 11)  entre estos mapas y los mapas de 1986 se observa claramente que no coinciden los límites de la ciudad histórica dibujados en uno y otro. El mapa actual deja claramente fuera de su límite el Circo Romano, una parte de los Bloques, San Lázaro o la Plaza de Toros, aunque sí incluye a Tavera, y parte de Safont y la Vega Alta.
Ilustración 11. Comparativa: Amarillo, área delimitada de la declaración de 1940 según las Instrucciones de Bellas Artes de 1965; Verde, área delimitada por el Ministerio de Cultura para inscribir la ciudad de Toledo en la Lista del Patrimonio Mundial en 1985; Azul, área delimitada por el PECHT en 1997; y Rojo, área delimitada en la página web de UNESCO, atribuida a los límites de la ciudad declarada Patrimonio Mundial, y que claramente no se corresponde. 

Como sucede en el caso del área dibujada en los mapas del Plan Especial, no puede saberse de dónde han salido estos mapas, aunque como explicaré ahora, parece que pueden proceder de los “informes periódicos” que los gestores del patrimonio mundial tienen obligación de presentar. Los informes periódicos son uno de los principales mecanismos de vigilancia de la conservación de los bienes inscritos en la Lista del Patrimonio Mundial. Cada seis años, en aplicación de la Convención del Patrimonio Mundial en su territorio, se invita a los Estados Parte a presentar estos informes ante el Comité de Patrimonio Mundial.
En la pestaña “Documents de la página web citada de UNESCO encontramos dos informes periódicos presentados por España, uno en 2006, y otro en 2014, y una decisión adoptadapor el Comité del Patrimonio Mundial (37 COM 8D), que trata sobre “Aclaración de los límites y áreas por los Estados Parte, en respuesta a los inventarios restrospectivos” , que se refieren a la identificación y recopilación de datos de referencia (como límites, coordenadas geográficas, componentes en  serie, áreas de las propiedades en hectáreas, etc.) para propiedades inscritas en la Lista de Patrimonio en el periodo 1978-1998, como es el caso de Toledo.  Las aclaraciones de los límites se refieren a la delimitación de las propiedades en el momento de su inscripción en la Lista del Patrimonio Mundial. Esta aclaración es necesaria para, en caso de que se presenta una propuesta para una modificación de reducción del límite, los límites en el momento de la inscripción estén claros.
 En el “Informe Periódico, Ciclo 1,Sección II” de 2006, en relación a los límites y la zona de amortiguamiento, a la pregunta “Estado de los límites del sitio”, se responde “adecuado”, y en referencia a la “Zona de Amortiguamiento”, igualmente se responde “adecuada”.  En el año 2013, España presentó la respuesta a la aclaración de los límites en el momento de la inscripción. Es decir, no hay una propuesta para reducir los límites, sino que se presenta un plano con los límites que se consideran que fueron los que se utilizaron en la inscripción en la lista del Patrimonio Mundial. Sin embargo, lo que en realidad se presenta, es un mapa idéntico al que existe colgado en la web, y que figura con la fecha de 1986 (que recordemos no era el original), y UNESCO lo clasifica como que se han clarificado los límites en 2013, aunque en realidad, lo único que se ha hecho es repetir el plano que estaba catalogado como 1986 y ya colgado en la web, y que no reflejaba los límites reales.
El último documento que nos interesa es el “Informe Periódico-SegundoCiclo. Sección II” fechado en 2014. En este caso se aprecia que es un documento digital en el que se han ido rellenando los diferentes campos. En el apartado 1.4 “maps” hay dos mapas subidos, que pueden descargarse en ese mismo enlace, cuyo título es el que ya mencionamos más arriba para los mapas de 1986 y 2013, y en este caso tiene la fecha de “1-01-1986”, y que es el mismo que aparece en el resto de casos. Es decir, los  mapas que se han subido al informe periódico de 2014 en relación a los límites o mapas que definen la zona Patrimonio Mundial, son los mismos de los que hemos hablado hasta ahora, y en concreto se fechan en enero de 1986, pero en realidad esos mapas no son los mapas que el Ministerio de Cultura presentó en 1985 en la documentación para que la ciudad fuera inscrita en la Lista del Patrimonio Mundial.

Conclusión

            Existen en la actualidad dos mapas diferentes que se utilizan como límites de áreas o zonas protegidas o áreas consideradas Patrimonio Mundial. El Plan Especial del Casco Histórico de Toledo utiliza un mapa que representa un “área afectada por la declaración de Conjunto Histórico”, y que es distinto del mapa que aparece en la web de UNESCO, y representa la zona declarada Patrimonio de la Humanidad.
            No es posible conocer el origen de dichos mapas. Para el caso del Plan Especial del Casco Histórico, no se explica de dónde proceden la silueta de los mapas utilizados como el espacio donde se aplicaría dicho Plan, y para el caso de la inclusión en la Lista del Patrimonio Mundial, los mapas que se incluyen en la Web, claramente no son los mapas originales dibujados a mano, sino que se trata de mapas digitales realizados probablemente mucho más tarde, pero se desconoce de dónde salieron, quién los dibujó  y a partir de qué documentos, aunque es probable que fueran los mapas que se incluyeran en la documentación del primer infirme periódico que se realizó en el año 2006.
Los mapas originales que hacen referencia de la declaración de Toledo como Monumento Histórico-Artístico en 1940, cuyos límites, al no ser incluidos en la declaración fueron fijados por las Instrucciones de Bellas Artes de 1965, no coinciden con el área afectada por la declaración, según el Plan Especial, siendo el espacio delimitado por este último mucho más restringido que aquel, dejando grandes zonas de la ciudad que en su momento fueron consideradas como incluidas en la declaración, fuera de ella, sin una justificación de por qué se hace así. De igual manera, los mapas originales que se utilizaron en los informes para la inclusión de Toledo en la Lista del Patrimonio Mundial, no son, y difieren de los que actualmente están colgados en la página web de UNESCO. Aunque en este caso la zona considerada es mayor en los mapas actuales que la que se incluye en el mapa del Plan Especial, aun así, sigue siendo más pequeña que la que realmente fue propuesta, y aceptada.
Los mapas originales, tanto de la zona declarada como Monumento Historico-Artístico, como de la declarada Patrimonio Mundial, son casi iguales, porque la declaración de 1986 se refiere como zonas a proteger  a las mismas zonas que contenían las Instrucciones de Bellas Artes de 1965, y como consecuencia, las mínimas variaciones existentes entre ambos juegos de mapas, pueden achacarse a la mayor resolución de los mapas de 1985.
Finalmente, considero que en los informes periódicos, y en la aclaración de los límites de la zona declarada para UNESCO, lo que se ha hecho es reproducir el error de remitir a dicho organismo un mapa fechado en 1986, probablemente confeccionado mucho después, y que nada tenía que ver con el espacio que fue declarado en su momento, y que no ha sido posible acceder a conocer de dónde procede y cuándo fue introducido en el sistema de control de los límites establecido por UNESCO, aunque es muy posible que fuera en el año 2006
En consecuencia, se impone una revisión profunda de los límites reales por parte de los gestores regionales y los responsables estatales, ya que, en mi opinión, los beneficios del Plan Especial de Protección del Conjunto Histórico, o de la declaración de Toledo como Patrimonio de la Humanidad,  deberían haberse aplicado sobre una zona mucho más amplia de lo que se ha hecho, donde existen elementos patrimoniales de muy alto valor, como son el Circo Romano y su entorno, las zonas de necrópolis romana, visigoda, islámica y judía, o los edificios y restos vinculados al entorno del circo, de San Lázaro o del anfiteatro romano en las covachuelas, además de una zona de alto valor ambiental como Safont. 





[1] Estoy tratando en este trabajo sólo es espacio considerado Zona histórico-artística, pero queda claro que la documentación que estableció las delimitaciones correspondientes consideran como parte de la delimitación no sólo la zona histórico-artística propiamente dicha, sino que incluye como elementos de protección del paisaje y de la silueta urbana la zona de ordenación especial de los Cigarrales, y la zona de respeto, y especialmente, la Vega Baja.

Una senda porque había que hacer algo


Hoy, en el día que la alcaldesa ha inaugurado la senda que corta y oculta el yacimiento de Vega Baja, queremos recordar estas líneas que hace poco escribió un miembro de la plataforma. Y es que el "consenso, diálogo, estudio y protección al paisaje y los restos arqueológicos" es otra cosa.


Isabelo Sánchez
Licenciado en Geografía e Historia


Comparto la necesidad de dignificar el espacio de Vega Baja ante el abandono y el olvido, y el deseo de la recuperación  para la ciudadanía de ese espacio, pero no puedo estar de acuerdo con esta senda por varios motivos.  Antes de mover una sola piedra sería necesario realizar varias tareas.

-       Sería necesario tener una visión lo más exacta posible de la situación actual del yacimiento. Para ello es necesario recopilar toda la información disponible sobre el mismo, para conocer lo que se ha hecho, qué contiene cada parcela excavada, hasta dónde se ha excavado en profundidad, qué proporción del yacimiento está excavado en extensión, cuántas parcelas están excavadas por completo y cuántas no, en extensión y profundidad, qué espacios son estériles por haberse vaciado, etc.

-      Puesto que el yacimiento está claramente mal delimitado en base al conocimiento científico que poseemos en este momento, y además el BIC de ampliación de Vega Baja de 2008 carece de entorno de protección según establece la legislación, es necesario realizar los estudios pertinentes para delimitar correctamente el espacio que ocupa el sitio, de forma que pueda tenerse una visión global del yacimiento completo, y no de una parte, con el fin de poder planificar en base a esa información, y no actuar, o planificar, sin criterio alguno.

-       Toda esa información debe hacerse pública. No hay ningún motivo que pueda justificar que se prive a la sociedad de la documentación del yacimiento, que le pertenece.

-       Una vez hecho eso, se necesita un plan. Con toda la información disponible es necesario tener un proyecto que determine dónde y cómo va a proseguir la excavación, qué zonas pueden visualizarse para que la sociedad pueda contemplar los trabajos y pueda valorar el yacimiento, qué zonas pueden recuperarse para usos sociales, ya sean como caminos para pasear, espacios públicos, o zonas verdes, que sean compatibles con los restos arqueológicos existentes y que permitan a la vez disfrutarlos.

-       Es necesario ir recuperando poco a poco los espacios con un programa serio de actuaciones que contemple fuentes de financiación, patrocinios o mecenazgo, la implicación de universidades y de equipos de investigación tanto nacionales como internacionales, la posibilidad de que la sociedad toledana pueda participar en ciertos trabajos, con el fin de que sientan el yacimiento como suyo. Es falso que el yacimiento necesite 26 millones de euros para excavarlo. Decir que hay que “sacar” lo que haya es anticientífico, y no tiene ningún sentido en la arqueología actual. Habrá que excavar cuando sea necesario, según el proyecto científico, o el plan de puesta en valor. Otras zonas deberán mantenerse en reserva, o tapadas para su protección. Todo debe estar supeditado al programa científico, en base al cual deberán plantearse los objetivos a corto, medio y largo plazo.

-       Sería necesario realizar un proyecto de puesta en valor y recuperación social de los espacios, que consista en la musealizacion de determinadas zonas, creación de itinerarios por el interior del yacimiento, zonas ajardinadas e incluso huertos urbanos allí donde no se afecte a los restos y sea compatible con el programa científico y de difusión,  e incluso paseos que permitan la comunicación con las distintas áreas de la ciudad, etc. Pero esos paseos, o sendas sólo pueden ejecutarse en este momento, es decir, cuando se tenga un conocimiento profundo del yacimiento y un plan. Entonces se podría planear esa senda, en ese sitio, o en otro, en función de la realidad y de lo que se haya planificado.

En ausencia de esto, construie una senda me parece que:

-        Es una improvisación u ocurrencia, como lo demuestra el hecho de que ni siquiera vaya a terminarse, o se haya tenido que colocar un vallado perimetral no contemplado en el proyecto inicial, prueba del poco contacto entre la administración tutelar y el Ayuntamiento en la fase de proyecto.

-        Se ha creado una barrera en una parte del yacimiento, en un lugar que no se sabe si es o no el más idóneo desde el punto de vista arqueológico. La senda atraviesa una zona donde hay una gran cantidad de restos, ocultando gran parte de ellos, de forma que en el futuro será un obstáculo para poder comprender el yacimiento, como lo supone en la actualidad, por ejemplo, el Parque Escolar, para entender el Circo Romano.

-       Era una obra innecesaria, como ya dijo ICOMOS, porque había, aunque precarios, otros caminos que permitían la comunicación.

-      El proyecto se ha llevado a cabo teniendo una visión arquitectónica de un espacio que es un yacimiento arqueológico de gran valor e importancia, y por lo tanto  lo que debe prevalecer es la visión arqueológica y científica, que tiene que tener por objetivo entender el yacimiento en su conjunto, y poner la información y el sitio a disposición de la sociedad. Las sendas, naturalizaciones, etc. siendo importantes y necesarias, deberían tener, en este caso, un papel supeditado a la arqueología.

En ausencia de un plan o proyecto, y comprobada la improvisación con la que ha actuado la administración, sólo encuentro como explicación para sacar adelante este proyecto el ofrecer un “caramelito” a la sociedad para que no protestara por las actuaciones urbanísticas que estaban planeándose en el entorno, de gran impacto para el paisaje y para los restos arqueológicos existentes en otras áreas, y para la integridad del propio yacimiento.

El dinero que ha costado la senda podría haberse destinado perfectamente a realizar todos esos trabajos de documentación y estudio tan necesarios para empezar a “hacer cosas” en Vega Baja. Hacer el paseo de esta manera es como empezar a construir una casa sin planos, y colocar los pilares donde mejor le parezca al constructor y de la sección que le venga en gana, independientemente de que luego el proyecto precise otro tipo de pilares, o deban ir colocados en otro sitio.

“Hacer ciudad”, no es planificar viviendas, usos terciarios y dotacionales sobre un yacimiento. "Hacer ciudad· no es soltar una senda aquí o allá, qué más da, para demostrar que en Vega Baja se puede hacer algo. "Hacer ciudad” no es decir que se es sensible con el patrimonio, pero mientras se dice eso se cubren los restos arqueológicos con toneladas de tierra o poco más allá se destruyen, o se planea destruirlos. "Hacer ciudad" tiene que ver con los hechos, plasmado en el respeto por las obras de nuestros antepasados. "Hacer ciudad” es ser coherentes con la importancia de los restos arqueológicos existentes en la zona, y respetarlos, estudiarlos y ponerlos a disposición de la ciudadanía. 



Lamentos



Este miércoles he asistido a la presentación del libro “Arqueomanía. Historia de la arqueología” de Manuel Pimentel y Manuel Navarro, basado en los yacimientos arqueológicos que a lo largo de los cinco años de vida del programa de televisión han visitado, grabado y contado. Ambos autores se encontraban encantados con el lugar donde tenía lugar la presentación, el crucero bajo del Museo de Santa Cruz. Pimentel incluso ha afirmado que nunca, a pesar de los cientos o miles de presentaciones de libros que ha realizado, lo había hecho en un lugar como ese, en ese fantástico envoltorio. En cierta manera los autores estaban extrañados, como lo estábamos el resto de asistentes, porque esto, evidentemente, no es normal, ya que no parece el lugar más adecuado para hacer una presentación, entre extraordinarias obras del Greco.

Coincidente con la celebración del año Greco, en 2014, nacía la Asociación de Amigos del Museo de Santa Cruz, que entre sus objetivos se encontraban los de colaborar con el museo, y ayudar a la recuperación de la exposición permanente, una vez finalizadas las exposiciones. Al frente de la misma estaba el antiguo director del Museo, Rafael García Serrano, que se jubiló en el año 2008. Él era director cuando tuvieron lugar las obras de restauración del Convento de Santa Fe, cuyo objetivo siempre fue la ampliación del Museo de Santa Cruz. Ya en 2004, a punto de finalizar las obras, Rafael anunció la inmediata convocatoria del proyecto museográfico para el nuevo museo, aunque la licitación definitiva del proyecto se demoró hasta 2007, y él ya no pudo verlo estando en activo.

Ni él ni nadie. Primero fue la aparición de grietas como consecuencia de las obras del Palacio de Congresos. En 2000, tras treinta años desde su adquisición por el Ministerio de cultura, tuvo una apertura efímera para albergar una exposición del Greco, y se volvió a cerrar debido al deterioro sufrido mientras estaba cerrado, que hacía necesarias nuevas obras. Los trabajos finalizaron justo para las celebraciones del año Greco, y ya se anunció que, inmediatamente después, se retomaría el gran proyecto museográfico de Santa Cruz y Santa Fe. Esto nunca sucedió. El museo parecía maldito.

Sin tener en cuenta otras penurias, ser director de un museo que “siempre está por crear” debe quemar mucho. Leí unas declaraciones muy significativas del anterior director, Alfonso Caballero Klink, tras jubilarse: “Jamás hubo voluntad para hacer una política de museos seria”.  Siempre en la precariedad impuesta, en una tensa espera del ahora sí, pero no, en la desconfianza. Alfonso se marchó sin haber conseguido que se implantara un proyecto museográfico serio, y con la colección arqueológica guardada en cajas. Me puedo imaginar también el regusto amargo de Rafael, al jubilarse sin conseguir ver hecho realidad, después de duros años de trabajo y esperanzas, su Gran Museo de Santa Cruz

Y es que la política suele tener prioridades y caminos inescrutables. Quién sabe el porqué de estas políticas culturales inciertas, cambiantes o siempre demoradas, que queman a los profesionales y confunden a los ciudadanos. Somos muchos los que no entendemos por qué, Santa Fe, uno de los edificios más significativos y espectaculares de la ciudad, que conserva los restos de los últimos palacios musulmanes, que debía haber sido destinado al fin para el que fue restaurado, la ampliación del Museo de Santa Cruz, fue entregado, de la noche a la mañana,  a un coleccionista privado para albergar su colección de arte contemporáneo.

Rafael García Serrano actuaba como presentador de los dos autores del libro. Un acto, sin duda, que tenía lugar en un lugar sublime, pero que a nadie se le escapa lo inapropiado del sitio. Tampoco se le escapa a nadie que se estaba presentando un libro de arqueología, en una ciudad llena de arqueología, que viven en gran parte de su historia, pero en la que paradójicamente no se quiere a la arqueología, porque los yacimientos arqueológicos excepcionales se destruyen, y los materiales recuperados se ocultan en cajas guardadas en oscuros almacenes. Ni siquiera se respeta el trabajo gratuito, y necesario, de quienes quieren colaborar en la preservación y difusión del patrimonio,  como son la Asociación de Amigos del Museo Santa Cruz ¡Vivo! En 2014 se decidió que la Iglesia de Santiago del Convento de Santa Fe, se dedicara a uso polivalente, entre ellos sala de conferencias. Desde entonces, esta asociación realizaba allí sus actos. La administración regional ha arrojado el futuro del museo por el agujero negro de la Colección Polo, y al hacerlo ha arrebatado, sin mucho rubor, ese espacio tan necesario para sus actividades a los amigos del museo, al propio museo que carece ahora de una sala donde poder realizar cualquier presentación, charla o taller, y como consecuencia, a la ciudadanía. No parece muy lógico que la política cultural se haga de espalda o ignorando a los vecinos. Debe ser, efectivamente, la maldición del museo. ¡Sólo nos queda gritar nuestros lamentos!


Toledo en el corazón

Mesa de presentación: Carmen Morales,  Jesús Fuentes Lázaro, Fernando Martínez Gil, Antonio Zárate Martín y Julián Muños

Se ha presentado en el salón de actos de la Biblioteca Regional de Castilla-La Mancha el libro póstumo de Juan Sánchez Sánchez, "Toledo en el corazón". En la mesa han estado Carmen Morales, actual directora de la Biblioteca Regional, Jesús Fuentes Lázaro, presidente de la Asociación de Amigos de la Biblioteca Regional, Fernando Martínez Gil, historiador, Manuel Antonio Zárate, geógrafo,  y Jesús Muñoz, director de la editorial Ledoria y editor de este libro. 

Todos ellos tienen en común haber sido amigos de Juan.
Cada uno nos ha hablado de los momentos de vida, charlas y proyectos compartidos, y han coincidido en señalar lo extraño que les parecía estar sentados en esa mesa, donde tantas veces habían asistido a actos, jornadas, conferencias y otras presentaciones de libros, en las que Juan había sido el anfitrión y maestro de ceremonias, y sin embargo, ahora, en la presentación de su último libro, no estaba él

Aunque ya tuvo lugar un homenaje a Juan en esta misma sala, el 16 de octubre del año pasado, esta presentación, en la que repetían Carmen Morales y Jesús Fuentes, ha sido, en cierta manera, un nuevo homenaje, donde sus amigos han dado rienda suelta a los sentimientos, hablando desde el corazón, sobre experiencias compartidas, proyectos, cómo era Juan, o cómo se gestó este libro, sensación que han transmitido a todos los asistentes al acto, que nos hemos emocionado con ellos. 

El libro reune más de cien artículos escritos por Juan a lo largo de 40 años de su vida, entre 1979 y 2019 . En cierta manera su pensamiento e ideas siguen vivos en este volumen, o en la continuidad de algunos de sus proyectos, como el de la plataforma "Toledo, Sociedad, Patrimonio y Cultura", cuyos miembros encontramos inspiración en su lucha, para intentar mejorar Toledo.

Fernando Martínez Gil, amigo suyo desde la época del bachillerato, y miembro de la plataforma, ha sido el encargado de terminar las correcciones y preparar el texto para ser enviado a la imprenta. Además, ha escrito el prólogo: una semblanza de Juan Sánchez desde la amistad, el amor y las luchas compartidos por la cultura y por Toledo, y desde "el corazón y de corazón", como él mismo explica que Juan escribió este libro. Cualquiera que quiera entender la ciudad de Toledo en los últimos tiempos, conocer sus problema, necesidades y potencialidades, los cambios y las persistencia, acercarse a lo toledano y a los toledanos, sentir las derrotas, los anhelos, los sueños y esperanzas, lo podrá hacer abriendo este libro.

El frente Sur del Tajo en Toledo. Los mapas del Corpo di Truppe Volontaire (CTV)

El Corpo de Truppe Volontaire (CTV) fue la fuerza italiana de combate enviada por Benito Mussolini para luchar en la Guerra Civil Española de lado del mando sublevado. Se trataba de unos 50.000 hombres, que llegaron a España entre diciembre y febrero de 1937 (20.000 soldados, con sus jefes y oficiales, milicianos fascistas, y voluntarios reclutados mediante una paga),  que tomarían parte en la mayor parte de las batallas de la guerra, y que también estuvieron en Toledo. 

Aunque muchos piensan que con la liberación del Alcázar la guerra se acabó en nuestra ciudad, eso no fue así. Después de septiembre de 1936, los republicanos se replegaron al sur del Tajo, a los montes cercanos, en los que se produjeron algunas pequeñas batallas, e incluso en mayo de 1937, durante algunos días, tuvieron lugar importantes combates en los que intervino una de las mejores unidades republicanas del momento, la 11 División de Enrique Lister.  Durante más de dos años se formó un importante frente que conformaba un arco, al sur, en torno a la ciudad de Toledo, entre aproximadamente Corral Rubio, subiendo por Montesión, Zurraquín, Alamillo, Argés, Layos, Cobisa, Burguillos, Nambroca,  terrenos de la actual Academia de Infantería, Las Nieves, para bajar hasta el centro comercial Luz del Tajo, y de aquí hasta el río. Por el oeste el frente continuaba hacia Talavera, y por el este, hacia Aranjuez, y hacia el sur las posiciones republicanas también se extienden durante varios kilómétros. 

Franco, al inicio de la guerra, carecía de mapas y de un servicio cartográfico. La Sección Topocartografica del CTV  vino a suplir esta carencia y suministró al ejercito franquista los mapas imprenscindibles para hacer la guerra. Sobre el frente de Toledo el CTV confeccionó una serie de mapas que registran de forma bastante exacta las posiciones republicanas en este arco, y que serían utilizados como información para ubicar la artillería y establecer los puntos de ataque y rotura del frente en la ofensiva final. Estos mapas se encuentran descargarbles en el Instituto Geográfico y Cartográfico de Cataluña, y hoy os los traemos aquí. 

Para saber más sobre la guerra civil en Toledo podéis acudir a nuestro espacio de documentación sobre la Guerra Civil, o a la página, de Toledo GCE donde, ilustrado con fotografías históricas, se hace un magnífico recorrido por los sucesos que tuvieron lugar en nuestra ciudad, y sobre cartografía de la guerra civil, por ejemplo, "Mapas y Cartógrafos en la Guerra Civil Española (1936-1939". 

Area geogràfica: Toledo (Toledo); Títol: Sistemazione difensiva avversaria in data 15 de marzo 1939: Allegato al foglio nº 1592 Op. Segreta; Autor: C.T.V. Corpo Truppe Volontarie. Comando Artiglieria [Itàlia]; Any de l'obra original: 1939; Descripció: 1 Mapa, paper vegetal. Carpeta: Guerra Civil. Datació aproximada.; Registre: RM.209720; Editor digital: Institut Cartogràfic i Geològic de Catalunya; Colleccio digital: Fons Monés de la guerra civil, http://cartotecadigital.icc.cat; Drets: http://creativecommons.org/publicdomain/mark/1.0/



Area geogràfica: Toledo (Toledo); Títol: Zone viste e Mascoste (Oss.nemico Miradero de las Nieves); Autor: C.T.V. Corpo Truppe Volontarie. ; Any de l'obra original: 1939; Descripció: 1 Mapa, color, paper vegetal. Datat aproximadament al 1939. Carpeta: Guerra Civil; Registre: RM.209721; Editor digital: Institut Cartogràfic i Geològic de Catalunya; Colleccio digital: Fons Monés de la guerra civil, http://cartotecadigital.icc.cat; Drets: http://creativecommons.org/publicdomain/mark/1.0/


Area geogràfica: Toledo (Toledo); Títol: Schieramento Arglieria (allegato n.1); Autor: C.T.V. Corpo Truppe Volontarie; Any de l'obra original: 1939; Descripció: 1 Mapa, ms., color, paper vegetal. Datat aproximadament al 1939. Carpeta: Guerra Civil; Registre: RM.209725; Editor digital: Institut Cartogràfic i Geològic de Catalunya; Colleccio digital: Fons Monés de la guerra civil, http://cartotecadigital.icc.cat; Drets: http://creativecommons.org/publicdomain/mark/1.0/

Area geogràfica: Toledo (Toledo); Títol: [Plànol de situació de les unitats italianes Toledo]; Autor: Array. ; Any de l'obra original: 1939; Descripció: 1 Mapa, manuscrit, color. Datat aproximadament al 1939. Carpeta: Guerra Civil; Registre: RM.209728; Editor digital: Institut Cartogràfic i Geològic de Catalunya; Colleccio digital: Fons Monés de la guerra civil, http://cartotecadigital.icc.cat; Drets: http://creativecommons.org/publicdomain/mark/1.0/

Area geogràfica: Toledo (Toledo); Títol: Sistemazione difensiva avversaria in data 15-03-1939 [Toledo]; Autor: Suñé [C.T.V. Comando Artiglieria]. ; Any de l'obra original: 1939; Descripció: 1 Mapa, manuscrit. Carpeta: Guerra Civil. Datació aproximada.; Registre: RM.209734; Editor digital: Institut Cartogràfic i Geològic de Catalunya; Colleccio digital: Fons Monés de la guerra civil, http://cartotecadigital.icc.cat; Drets: http://creativecommons.org/publicdomain/mark/1.0/

Area geogràfica: Toledo (Toledo); Títol: 1 [Toledo - Argés - Cobisa - Burguillos - Mambroca ...]; Autor: Comandancia Gral. De Artillería. Ejército del Centro ; Any de l'obra original: 1939; Descripció:  1 Mapa imprès. Datació aproximada.; Registre: RM.209735; Editor digital: Institut Cartogràfic i Geològic de Catalunya; Colleccio digital: Fons Monés de la guerra civil, http://cartotecadigital.icc.cat; Drets: http://creativecommons.org/publicdomain/mark/1.0/

Area geogràfica: Toledo (Toledo); Títol: Toledo e dintorni: lavori difensivi eseguiti dal nemico; Autor: [C.T.V. Corpo Truppe Volontarie. Comando Artiglieria (Itàlia)] ; Any de l'obra original: 1939; Descripció:  1 Mapa imprès amb anotacions manuscrites. Carpeta: Guerra Civil. Datació aproximada..; Registre: RM.209739; Editor digital: Institut Cartogràfic i Geològic de Catalunya; Colleccio digital: Fons Monés de la guerra civil, http://cartotecadigital.icc.cat; Drets: http://creativecommons.org/publicdomain/mark/1.0/


Area geogràfica: Toledo (Toledo); Títol: Capisaldi Nazionali e caminamenti; Autor: [C.T.V. Corpo Truppe Volontarie.  (Itàlia)] ; Any de l'obra original: 1939; Descripció:   1 Mapa, paper vegetal. Datat aproximadament al 1939. Carpeta: Guerra Civil.; Registre: RM.209748; Editor digital: Institut Cartogràfic i Geològic de Catalunya; Colleccio digital: Fons Monés de la guerra civil, http://cartotecadigital.icc.cat; Drets: http://creativecommons.org/publicdomain/mark/1.0/


Area geogràfica: Toledo (Toledo); Títol: Organización de la rotura del frente en Toledo 27-3-1939; Autor: Array; Any de l'obra original: 1939; Descripció:    1 Mapa, paper vegetal. Datat aproximadament al 1939. Carpeta: Guerra Civil.; Registre: RM.209750; Editor digital: Institut Cartogràfic i Geològic de Catalunya; Colleccio digital: Fons Monés de la guerra civil, http://cartotecadigital.icc.cat; Drets: http://creativecommons.org/publicdomain/mark/1.0/


Area geogràfica: Madrid (província); Toledo (província); Títol: Aranjuez - Chinchón - Toledo - Burguillos - Ocaña; Autor: [C.T.V. Corpo Truppe Volontarie. Sezione Topocartografica]; Any de l'obra original: 1938; Descripció:   1 Mapa imprès.  - Collage del fulls del Mapa Topográfico Nacional d'Espanya 1:50 000.. Datació aproximada.; Registre: RM.209755; Editor digital: Institut Cartogràfic i Geològic de Catalunya; Colleccio digital: Fons Monés de la guerra civil, http://cartotecadigital.icc.cat; Drets: http://creativecommons.org/publicdomain/mark/1.0/

Macro-aparcamientos, paisajes culturales, sostenibilidad y visigodos

Isabelo Sánchez Gómez
Licenciado en Geografía e Historia

Durante años, la explanada de Vega Baja situada entre la Avenida América, la Avenida Carlos III y el Camino Molinero, se ha utilizado como aparcamiento. Los vehículos se estacionaban directamente sobre el terreno natural que, al ser llano, en época de lluvia, se convertía (se convierte) en un verdadero lodazal. Algunos coches, incluso, quedaron atrapados en los profundos baches que terminaban por crearse. Para subsanar este problema, el terreno fue explanado con maquinaria en varias ocasiones.

Con la implantación de la zona azul, este espacio se llenó aún más, con vehículos de comerciantes y clientes de negocios del barrio de Santa Teresa, pero también de los barrios adyacentes de Reconquista-Los Bloques y Palomarejos, cuando la ora se implantó en estas áreas, al ser este estacionamiento el más grande de la zona, y junto al existente entre Coronel Baeza-Maestros Espaderos los únicos gratuitos. El sistema de las zonas horarias, pensado para que los vehículos que aparcan en un barrio, sobre todo en horario de comercio, roten y por lo tanto todo el mundo pueda encontrar aparcamiento ha funcionado en este espacio desviando el flujo de vehículos hacia esta explanada que a determinadas horas del día aparece completamente llena, mientras que a veces, pueden observarse plazas vacías de las azules existentes en las calles. Muchas personas se desplazan con su vehículo a este gran espacio con la seguridad de que van a encontrar aparcamiento, de forma que en su entorno se ha creado un importante flujo circulatorio, y al mismo tiempo se ha convertido en un elemento que incentiva el uso del vehículo particular.

Muchos ciudadanos, y comerciantes de la zona, ante el lamentable estado de la superficie completamente bacheada y llena de charcos, y/o por la atracción de posibles clientes que se produce,  vieron con buenos ojos el proyecto de adecentado de este espacio, siempre y cuando fuera gratuito, claro está. La primera fase del proyecto de adecuación del aparcamiento de Santa Teresa comenzó a ejecutarse en octubre de 2018 y se inauguró el 15 de febrero de 2019. El acondicionamiento consistió en adoquinar una pequeña zona de toda la explanada que conforma esa parcela, y en otra zona aledaña, añadir una capa de zahorra de 20 centímetros de grosor. En la fase que se plantea ahora se pretende continuar la zona adoquinada sobre el espacio que anteriormente estaba cubierto por zahorra, y el resto de la explanada, a excepción de una pequeña cuña en la zona oeste, que según el proyecto tiene un "alto grado de protección arqueológica" [sic], se cubrirá de zahorra.


En mi opinión, este, y los otros aparcamientos de la zona presentan algunas contradicciones y problemas que intentaré argumentar y aclarar en las próximas líneas, que tienen que ver con, 1.- si un macro-aparcamiento es compatible o admisible en un paisaje protegido; 2.- si son o no necesarios, o son recomendables en el contexto de la crisis climática actual,  o cumplen con los objetivos de lo planificado desde el Ayuntamiento de Toledo en su Plan de Movilidad Urbana Sostenible; 3.- si en el subsuelo existen o no restos arqueológicos realmente valiosos y/o si estos restos son los mismos que unos metros más allá están protegidos como BIC; y 4.- el impacto o efecto del sellado del suelo arqueológico impidiendo su conocimiento real, en el contexto de la planificación especial de desarrollo urbano que se proyecta sobre este espacio.

1.- ¿Un aparcamiento, paisaje cultural?

Imagen de Google Earth del aparcamiento en 2014.
El "paisaje del aparcamiento toledano".
El Convenio Europeo del Paisaje considera como tal "cualquier parte del territorio tal como la percibe la población, cuyo carácter sea el resultado de la acción y la interacción de factores naturales y/o humanos" (Art. 1.a). Sin nos atenemos estrictamente a esta definición, cualquier obra humana realizada sobre el suelo habría que considerarla paisaje cultural, incluso un aparcamiento. 

Naturalmente la pregunta inicial es retórica a propósito. Trata de llamar la atención del lector sobre las reiteradas declaraciones de los políticos que nos gobiernan  sobre el respeto o la sensibilidad que ellos dicen tener hacia el patrimonio, desde que dejaron este espacio de vega listo para ser colonizado, de nuevo, por el asfalto y el ladrillo. ¿Son compatibles sus declaraciones, y sus hechos, con la protección de los paisajes protegidos? 

En las Directrices prácticas para la aplicación de la Convención del Patrimonio Mundial, se habla, entre otros aspectos, de los paisajes fósiles, o estancados en un momento del pasado, y los vivos o que siguen evolucionando. ¿Están creando nuestros políticos un nuevo paisaje de bloques de viviendas, cuarteles de la guardia civil, y macro aparcamientos?  Parece un razonamiento absurdo, y lo es, pero traigo aquí un hecho reciente relacionado con otro paisaje toledano y que me recuerda que, en este mundo de posverdad, cualquier cosa es posible. Uno de los más egregios gurús de la cultura toledana firmaba no hace mucho un informe para un parque temático que pretendía instalarse en un suelo protegido paisajísticamente de nuestra ciudad. En dicho escrito, después de cantar alabanzas a los paisajes toledanos durante más de treinta páginas, concluía en las dos finales que el paisaje protegido de la finca en cuestión era  el resultado de una compleja evolución histórica, principalmente producto de los cambios ocurridos desde la guerra civil y que, aunque  dotado de autenticidad, no era un paisaje extraordinario. Como un elemento "vivo", los paisajes estarían sujetos a cambios que pueden suponer una mejora, y de esta forma se crean nuevos paisajes, y en este sentido, igual que en la ciudad histórica de Toledo se han introducido elementos del siglo XXI creando o modificando el paisaje preexistente, el parque temático en cuestión, sería una oportunidad para generar un paisaje cultural que nos represente en el territorio en el futuro. ¡Tal cual!

El "paisaje del aparcamiento y los bloques de pisos toledanos"

Evidentemente esa aseveración, y esa realidad, de los paisajes vivos, tiene un límite. Es que es absurdo sustituir una realidad paisajística preexistente,  basada en unos valores considerados valiosos para proteger, por otra basada en algo tan peregrino o absurdo, a mi parecer, por un hipotético paisaje basado en la zafiedad arquitectónica de un parque temático o de ocio. Evidentemente nuestros políticos no son tan simples para contemplar la posibilidad de "sustituir" el paisaje de la Vega Baja mejorada con asfalto, ladrillo y vehículos aparcados (¿o sí?). Para algunos, indudablemente esto sí es aplicable, sobre todo cuando se trata de "mejorar" el volumen de su bolsillo. Está claro que un paisaje no puede ser cualquier cosa, sino que tiene que ser "percibido" como tal por la sociedad, porque pueden detectarse  en él los rasgos característicos que lo crearon, o están asociado, todavía hoy, a la vida tradicional. Las directrices mencionadas más arriba, recogen, efectivamente, que existen paisajes fósiles, o fijos, cuyo "proceso evolutivo concluyó en algún momento del pasado, pero sus rasgos característicos son todavía visibles materialmente"  y otros que están vivos "que conserva un papel social activo en la sociedad contemporánea asociado con el modo de vida tradicional, y cuyo proceso de evolución sigue activo". El concepto de paisaje lleva asociado algunos elementos como son lo tradicional, la percepción, o la emoción, que es lo que en muchos evoca, desde hace muchos años, la Vega Baja. 

El paisaje de las vegas se consideró valioso y digno de ser conservado, en su momento. Así se reconoció en las famosas instrucciones de Bellas Artes de 1965, cuando el Estado intervino para enderezar la senda de destrucción del patrimonio histórico que se había iniciado en la ciudad, como por otra parte ya había sucedido en otros tiempos. Las instrucciones de bellas artes regularon la aprobación de proyectos de obras en las zonas de la ciudad de Toledo afectadas por la declaración de Conjunto Histórico-Artístico, y dicha zona fue delimitada por las mismas, ya que no lo había hecho la declaración de 1940. Y entre otros aspectos, se consideró valioso y necesario "conservar el paisaje de la vega", baja conservándola "como parque natural o zona de explotación agrícola", que debía servir "de fondo y protección a la zona arqueológica del circo romano".  Más tarde esa protección se trasladó primero a la declaración de la ciudad de Toledo como Patrimonio de la Humanidad, y después al planeamiento urbano de 1986, que remitía en cuanto a esta zona, en referencia a las obras o actuaciones admisibles a las propias instrucciones de Bellas Artes, y por último, esa protección se completó con la incorporación al Plan Especial del Casco Histórico de unas zonas de protección o conos visuales, basados a su vez en las instrucciones de Bellas Artes, que protegieran el paisaje de la vista de la ciudad histórica allá en lo alto.

Visión de la Vega Baja desde el Casco Histórico. En rojo el espacio que ocupa el aparcamiento al lado de los bloques recientemente construidos. 

Es decir, no cabe duda de cuáles son los valores tradicionales, perceptivos y emocionales que se protegieron y que hay que proteger. Vega Baja ha sido, tradicionalmente, un paisaje de huertas y caminos que servían a éstas, o a la Fábrica de Armas, en una perfecta simbiosis con el casco histórico y las ruinas arqueológicas que en aquellos momentos en que se decidió protegerla, se consideraban más valiosas y eran visibles, las ruinas del circo romano. Con posterioridad se añadió la necesidad de proteger la percepción visual desde las vegas del Casco Histórico, que es algo excepcional y que hasta solo unos años podía verse igual que lo hubieran visto nuestros antepasados del siglo XVI.

Sin duda los proyectos urbanísticos planificados sobre la zona, los bocados que poco a poco se la van pegando, y el abandono ha hecho que sea difícil imaginar ahora mismo la Vega como una zona de huertas, o reconocerla valor en este sentido. Ese abandono, y ese estado actual, contribuye, y ellos lo saben, a los intereses de seguir comiéndose este espacio y entregarlo finalmente al asfalto y ladrillo en su totalidad, por eso no hacen nada por remediarlo, si acaso contribuir a su deterioro. Un aparcamiento, evidentemente, no supone una barrera que impide la visualización de la ciudad histórica, pero, indudablemente, distorsiona y degrada esta imagen, y además, elimina totalmente el medio natural o la vega o huerta tradicional que eran los valores primeros por los cuales dicho espacio fue protegido, y, en el caso de estacionamientos realizados mediante asfaltado y/o adoquinado.

El reciente informe de ICOMOS sobre Vega Baja, habla en varios apartados de este aparcamiento, como sigue: "Por desgracia, el diseño de este espacio no ha tenido en cuenta el impacto visual sobre el entorno, caracterizado por una serie de caminos y sendas históricos que comunicaban todos los sectores de Vega Baja y que tenían por finalidad conectar un espacio de explotación agrícola directamente ligado a la ciudad". 

Queda claro que en el espacio de la Vega Baja no tienen cabida ningún tipo de edificación ya que atenta contra el paisaje natural de la propia vega, y contra las visuales del casco histórico, pero de la misma manera, un macro-aparcamiento, aunque no bloquee la visión del casco histórico, es un atentado contra el paisaje al tener un importante impacto visual en el entorno. Estamos a tiempo de reconducir esta situación.  Los paisajes tradicionales y/o emocionales  son fuentes de calidad de vida y otros valores que contribuyen al bienestar social. Puesto que cada vez están más arrinconados, no nos podemos permitir el lujo de destruirlos o deteriorarlos más, con parques temáticos, ladrillo y asfalto, o mares de vehículos estacionados, porque por muy representativos que sean de nuestro modo de vida actual, sólo contribuyen a empobrecer nuestros entornos, y, aunque en el futuro alguien pueda considerar esto, un paisaje cultural, que lo dudo, lo sería, seguro, en una sociedad mucho más pobre desde el punto de vista emocional.

2.- ¿Es necesario y/o cumple con los objetivos de movilidad urbana sostenible?

Está claro que los ciudadanos tienen que poder aparcar sus vehículos. Sin embargo, se sabe que el incremento en el uso del automóvil tiene efectos negativos sobre el medio ambiente, y por lo tanto, se hace necesario establecer medidas alternativas para disuadir del uso del vehículo particular. En junio de 2012 la Junta de Gobierno del Ayuntamiento de Toledo aprobó el Plan de Movilidad Urbana Sostenible (PMUS), en línea con los compromisos adquiridos con la Unión Europea, y la Estrategia Española de Movilidad Sostenible. En esta última se recoge, por ejemplo, entre uno de sus objetivos, "vincular la urbanización y los equipamientos al momento del desplazamiento en transporte público, a pie y en bicicleta. Con este plan, el Ayuntamiento de Toledo incluyó la sostenibilidad en las políticas públicas municipales relacionadas con la movilidad, es decir, pretendía contribuir a mejorar el medio ambiente urbano y al ahorro energético, minimizando los desplazamientos y fomentando los medios de transporte con menor coste ambiental. En el PMUS de Toledo podemos leer que  "la política de aparcamiento se ha consolidado como un instrumento clave para influir en la elección del modo de transporte, de manera que el coste y la accesibilidad del aparcamiento se ha convertido en un importante condicionante en la utilización del vehículo privado.  Consecuentemente, la política de aparcamiento repercute por la interacción y conflicto en el resto de componentes que forman la movilidad y otras muchas dimensiones fundamentales de la vida urbana como la vitalidad residencial de los barrios, el dinamismo comercial, la calidad ambiental, la disponibilidad de espacio público, etc. " (p. 95).

Es decir, el Plan de Movilidad Urbana Sostenible buscaba formas de hacer esa movilidad sostenible, minimizando los desplazamientos con los vehículos particulares, entre otras medidas, reconociendo el efecto de la gestión de los aparcamientos, que afecta a todos los demás elementos de la movilidad. Cuando se redactó dicho plan no se tuvieron en cuenta estos aparcamientos no regulados. Es decir, no existe planificación alguna sobre dichos aparcamientos y el efecto de su consolidación en la movilidad "sostenible", que quería implantar en la ciudad.  La creación de "macro-aparcamientos", como el que nos ocupa, va en contra de lo que recoge el plan mencionado, ya que las expectativas de encontrar aparcamiento gratuito, claramente incentiva el uso del vehículo privado, y a determinadas horas, supone un aumento importante del flujo de vehículos concentrado en un espacio pequeño, convirtiendo en papel mojado lo planificado y aprobado.

Cualquiera puede hacerse la pregunta de ¿para qué gasta el Ayuntamiento de Toledo dinero público, en hacer planes, que luego no va a seguir? La movilidad sostenible es una obligación derivada de Europa, y desarrollada en estrategias que afectan a toda España, y por lo tanto una obligación para los municipios.  En ausencia de un plan que estudie en profundidad la necesidad de aparcamiento en esta zona de la ciudad, de qué manera se incentiva con ellos el uso de vehículo privado, qué posibilidades de aparcamiento existen en otras áreas, claramente estamos actuando en contra de las políticas públicas europeas y españolas. Los gobernantes deberían ser congruentes con los planes que encargan, y tratar de cumplirlos, que para eso se hacen con dinero público, y en consonancia con ellos buscar medios alternativos que reduzcan el uso de vehículos privados. Consolidar un macro-aparcamiento que claramente atrae flujos importantes de vehículos a un espacio pequeño, en una franja horaria concreta,  contribuye poco a mejorar la movilidad, y por el contrario incentiva el uso del vehículo privado, echando totalmente por tierra la idea de la sostenibilidad. En consecuencia estos aparcamientos no regulados nunca deberían haber existido, y en última instancia debería buscarse su reducción,  o eliminarse, en lugar de incrementarlos irracionalmente.

3. ¿Es razonable situar un macro-aparcamiento sobre restos arqueológicos?

Cuando se aparcaba sobre las ruinas del Circo Romano, desde el Ayuntamiento de Toledo se realizó un proyecto de "Acondicionamiento del entorno y puesta en valor del Circo Romano de Toledo", en el que se decía que "Actualmente el espacio central del circo lo ocupan más de 300 vehículos de una forma arbitraria dañando el monumento y suponiendo la degradación completa del espacio, por lo que resulta fundamental controlar este aparcamiento suprimiéndolo en su estado actual". Aunque el aparcamiento, sobre tierra, se desplazó unos metros más allá, encima del BIC, adoquinando el terreno, y sin comprobar previamente el contenido del subsuelo, existe un reconocimiento explícito por parte de la administración de que no está bien que existan aparcamientos sobre restos arqueológicos.

Como todo el mundo sabe, en 2018 el Ayuntamiento de Toledo aprobó, y la Junta de Comunidades ratificó,  la Modificación Puntual 28 del PGMOU 1986, que es el instrumento urbanístico que permite  construir el aparcamiento de que tratamos en este artículo, el cuartel de la Guardia Civil, o cualquier otra uso terciario o dotacional,  sobre restos arqueológicos valiosos, y 1.698 viviendas sobre los BIC declarados Zona Arqueológica. En relación a las viviendas planificadas sobre los BIC, la regidora municipal ha declarado en varias ocasiones que nunca serán 1.300, aunque no se puede entender por qué se aprueban esas edificaciones si no se van a construir luego, aunque siempre se olvida de mencionar las 300 planificadas sobre el antiguo camping del Circo Romano, y las 98 en la zona del Cristo de la Vega. En relación con el cuartel de la Guardia Civil, y en este caso, del aparcamiento, las declaraciones recogen que su ejecución es fuera de la zona protegida BIC, y por lo tanto se le da un valor patrimonial menor, y, en todo caso, se dice que se cumplirá lo que se establece en la legislación patrimonial. Ya he dicho en otra parte la diferencia existente entre que un yacimiento sea BIC, y que no lo sea, y se le aplique la legislación patrimonial. Con esa legislación, lo que ahora es BIC estuvo a punto de ser destruido en 2006, antes de ser protegido con tal figura.

Ámbito de Protección Arqueológica A1- Reconquista- Vega Baja,
y la ubicación del aparcamiento de Santa Teresa
El aparcamiento de Santa Teresa se encuentra en lo que en la Modificación Puntual 28 se denomina "Unidad de Ampliación de Santa Teresa" (con el POM 2007 se llamaba Unidad de Actuación 7, y anteriormente Vega Baja II). Este espacio, a pesar de encontrarse a unos metros de la zona declarada Bien de Interés Cultural (milímetros si tenemos en cuenta que lo único que los separa es una línea trazada en un papel), no está protegida con ese nivel de protección que es el máximo existente. Se encuentra, sin embargo, dentro del ámbito de protección A1- Reconquista-Vega Baja. Eso significa que según la normativa patrimonial, cualquier movimiento de tierra en ese espacio precisa un informe arqueológico. A esto es a lo que se refieren los responsables políticos cuando dicen que van a cumplir la legislación, igual que la pensaban cumplir en 2006. Es decir, existen distintas figuras de protección para un espacio que, geográficamente, es el mismo, una llanura de inundación, y arqueológicamente se ha demostrado que los restos del pasado se extienden por toda su superficie.  Sin embargo, el tratamiento administrativo en la tutela patrimonial es muy distinto para una zona protegida como BIC, que para una zona o yacimiento arqueológico que no se encuentre catalogado como tal, aun estando recogido en la Carta Arqueológica. Como decía más arriba, este espacio se encuentra recogido en la Carta Arqueológica del Municipio de Toledo como A-1, Reconquista-Vega Baja. Los Ámbitos de Protección son "las áreas delimitadas a partir de los datos en los cuales esté probada la existencia de elementos con valor patrimonial" (Art. 47.2.a. Ley del Patrimonio Cultural de Castilla-La Mancha), es decir, si está catalogado como tal es que se sabe que hay restos arqueológicos, sin ningún género de duda. La diferencia está en que cualquier construcción que se pretenda realizar en el BIC puede ser susceptible de afectarlo gravemente y, como se trata de una unidad, la tutela del patrimonio tenderá a preservarlo. Por el contrario, a un yacimiento arqueológico, o un ámbito de protección arqueológica, a secas, no se le da el valor que al BIC como unidad, y aunque precisa una intervención arqueológica, en función del valor que le den los arqueólogos que excaven, y finalmente los técnicos de patrimonio, una vez documentado, el yacimiento, o parte de él, podría ser desmontado, integrado en la obra, o parte de él, o quedar tapado en el subsuelo, que a efector prácticos es lo mismo que desaparecido.

Aparcamiento de Santa Teresa dentro del ámbito de protección A1-Reconquista-Vega Baja, y su relación con los BIC de 2008 y de 1992, con categoría de Zona Arqueológica

En mi opinión, basada en las intervenciones arqueológicas realizadas hasta ahora, el que la zona del aparcamiento de Santa Teresa esté fuera de la zona BIC, es sólo un accidente, o una falta de "valentía", por parte de la administración tutelar, que en su momento se ciñó, en cuanto a la declaración BIC incoada a partir del año 2006, a la línea que marcaba un proyecto urbanístico. Es imposible que esta línea contenga exactamente el yacimiento arqueológico (o es mayor o es menor), y todas las evidencias apuntan hacia lo contrario, que el yacimiento se extiende por toda la llanura. Así lo mostraron las distintas excavaciones arqueológicas modernas que a lo largo de los años han tenido lugar en el entorno inmediato, como en son la del Paseo de la Basílica, en la construcción de la Consejería de Obras Públicas, en el Aulario de la Universidad, en San Pedro el Verde,  en el colegio público Santa Teresa en la Avenida Carlos III, en la ejecución del nudo norte, en obras en viviendas en la Avenida Coronel Baeza, en el antiguo camping del circo romano, etc. Recientemente, en las obras de urbanización de la UA 34, en el vial que conecta la Avenida de América con la Avenida Carlos III, también han aparecido restos arqueológicos importantes. Sin contar con los hallazgos más antiguos, toda esa información, claramente indica que se trata de un yacimiento mucho más extenso de lo que se representa por las líneas del BIC. Como curiosidad, si uno se fija, entre el antiguo BIC de Vega Baja, y el actual, aprobado en 2008, existe un vacío "absurdo" que se corresponde con el Camping del Circo Romano, donde existió un PAU para la construcción de 300 viviendas de lujo (viviendas recuperadas en la MP 28).

En marrón y gris claro los espacios actualmente protegidos como BIC. En rojo el aparcamiento proyectado. Como se puede ver, el antiguo camping del Circo Romano es un vacío absurdo entre los dos grandes espacios declarados BIC con categoría de Zona Arqueológica, que es difícilmente comprensible. Se aprecia como en la zona del camping el BIC realiza una serie de entrantes y salientes incomprensibles en términos arqueológicos. De igual manera se observa cómo el BIC de ampliación de Vega Baja, al nordeste del cual se planifica el aparcamiento, es una línea marcada a escuadra y cartabón que se trazó siguiendo los límites del proyecto urbanístico, y no en función de los indicios arqueológicos.  

Es totalmente razonable, por las evidencias enunciadas más arriba y por cómo se distribuían los restos arqueológicos en las zonas excavadas de Vega Baja I, que los restos arqueológicos se extiendan por la parcela en la que se quiere ampliar el aparcamiento de Santa Teresa. Es más, en todo caso, existen dudas razonables para que la administración tutelar que es la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, en todos los años que no se ha hecho nada en la zona, hubiera obligado a los propietarios, o realizado de oficio, las prospecciones y comprobaciones necesarias para conocer la realidad del subsuelo. El artículo 43, de la Ley de Patrimonio Histórico Español, dice que "la Administración competente podrá ordenar la ejecución de excavaciones o prospecciones arqueológicas en cualquier terreno público o privado del territorio español, en el que se presuma la existencia de yacimientos o restos arqueológicos, paleontológicos o de componentes geológicos con ellos relacionados".

En todo caso, como veremos más abajo, en 2008-2009 ya se conocía la existencia de importantes restos arqueológicos en esta parcela. Es más, en el informe arqueológico que vamos a mencionar, los arqueólogos advierten de que los trabajos de nivelación del terreno llevados a cabo para facilitar el aparcamiento de vehículos en la zona, habían afectado a los estratos arqueológicos, destruyendo la parte superior de la secuencia. Esto, junto a la evidencian que muestran en dicho informe, y el resto de evidencias, debería haber sido suficiente para que la administración tutelar hubiera actuado de oficio, haber ampliado el BIC, y haber prohibido directamente el aparcamiento de vehículos sobre esa zona.

En el año 2008, la empresa Toletum Visigodo pretendía desarrollar urbanísticamente los terrenos que se encontraban fuera de la zona declarada BIC,  en concreto las Unidades de Actuación 7 y 37, que habían sido calificados como dotacionales y terciarios por el POM 2007. El gerente entonces, Diego Peris, fue entrevistado en junio de 2008 para la Tribuna de Toledo. A la pregunta de si ¿el yacimiento está protegido en su totalidad por el perímetro actual del BIC?, respondió que "Creo que todos podemos convenir que el yacimiento tiene en la actualidad una delimitación artificial que proviene de una situación jurídica del desarrollo urbanístico que se iba a plantear allí". Consciente de que era muy probable que los restos arqueológicos se extendieran más allá de la Avenida Mas del Ribero y Carlos III, a las parcelas que pretendían urbanizar, no quiso dar un salto al vacío como se había dado años antes vendiendo con los ojos vendados los terrenos llenos de restos arqueológicos del proyecto urbanístico Vega Baja a promotores de viviendas, y encargó una prospección geofísica que mostró la presencia de restos por todas las zonas por donde pasó el radar. Para tener aún más certeza, en el año 2009, encargó a los arqueólogos Juan Manuel Rojas y Antonio J. Gómez Laguna, la realización de unos sondeos de verificación para asegurar que las imágenes proporcionadas por el radar coincidían con restos arqueológicos reales.

Mapa del proyecto adecuación de parcela para uso como aparcamiento en el barrio de Santa Teresa de Toledo, Fase II

Como hemos visto más arriba, ya en el mes de octubre de 2018 empezó a realizarse la primera fase del aparcamiento de Santa Teresa. Es la zona ubicada más al norte en el plano anterior, dibujada en gris claro, que se ejecutó elevada sobre el terreno mediante una capa de zahorra, y terminada con adoquines. Al oeste, se cubrió una parcela de tamaño similar con una capa de 20 cm de zahorra.  En su momento generó polémica, por situarse encima de restos arqueológicos, y por la cuestión de colocar árboles o no que podrían dañar los mismos. El argumento de la administración fue el mismo que se utiliza hoy en día para justificar la construcción del cuartel de la Guardia Civil, que ese espacio estaba fuera del área BIC, y/o que los restos no eran importantes (no debieron leer el informe de los sondeos de 2009), o que se va a proteger el patrimonio. Milagros Tolón, en el día de la inauguración de esta primera fase, el 15 de febrero,  volvió a recordarnos, por si alguno teníamos dudas,  que esta actuación "respeta el patrimonio arqueológico y medioambiental". Finalmente se elevó el terreno, ¿lo suficiente? para que las raíces de los árboles plantados no llegaran a dañar los restos arqueológicos. Se trataba de una situación, cuando menos llamativa que, a sólo unos metros se hubiera permitido levantar dos bloques de pisos por el organismo competente en protección del patrimonio, mientras que aquí no se podían plantar árboles. Ahora se pretende ejecutar la segunda fase del aparcamiento, que consiste en colocar adoquín en la zona que en la fase anterior se había puesto zahorra, y el resto del espacio, salvo una pequeña cuña al oeste, que limita con la rotonda, se cubrirá de una capa de zahorra de 20 cm. 

En el proyecto de adecuación del aparcamiento se contempla el control y seguimiento arqueológico. Se explica que no se producirán movimientos de tierra ni excavaciones, con lo cual, los restos arqueológicos, posibles, del subsuelo no se verían afectados. Como medida de protección, además, se plantea la elevación de la rasante actual (mediante el extendido y compactado de una capa de 20 cm de zahorra artificial), sin realizar ningún tipo de desmonte (p. 11). Siguiendo el proyecto encontramos lo que en mi opinión es una incongruencia importante. Tiene que ver con la "protección" de una zona concreta de este espacio, sin que se explique de dónde se ha sacado el argumento para justificar la protección específica de esa área, y no el resto.  El apartado 3.12. "Protección Arqueológica" dice que "En la zona Oeste de la parcela, se procede a la protección arqueológica de la misma, mediante las siguientes actuaciones: Colocación, en todo el perímetro de la zona de protección, de talanquera de material rústico, con forma de cruz con dos travesaños horizontales y una altura de un metro"; Extendido de lámina geotextil; Extendido de una capa de 15 cm de espesor de grava 10/20 mm" (p. 16). En el Anexo II, Trazado geométrico, en el punto 2.1, "trazado en planta" se dice que "Como se ha comentado anteriormente, el trazado en planta del nuevo aparcamiento proyectado se localiza en la parcela con referencia catastral 19350A0VK1113F0001BH, con la salvedad de no afectar a la zona triangular cercana a la glorieta existente, que presenta un alto grado de protección arqueológica" (p. 3) [la negrita es mía].

Como podemos ver en la imagen de más arriba, prácticamente toda la parcela se verá afectada por el aparcamiento, excepto una pequeña cuña al oeste que según el proyecto "presenta un alto grado de protección arqueológica". Y esta afirmación es sorprendente, puesto que dicha zona señalada como de "alto grado de protección", se encuentra, al igual que el resto de la parcela, fuera de la zona BIC. Es decir, en base a lo que se sabe de la zona, no existe ninguna diferencia entre esta cuña y el resto de la parcela. Si nos remontamos a la prospección geofísica del año 2008,  y los sondeos realizados en el año 2009, podemos ver que, justo esa esquina se prospectó con georradar, pero es que también se realizó la prospección, como vemos en la imagen de más abajo, en la zona este (no se realizó en el resto del espacio porque se encontraba lleno de vehículos que impedían el paso del radar y distorsionaban la señal).

Interpretación de la prospección geofísica. Como se puede ver el radar se pasó justo por la esquina oeste que se señala en el proyecto como de "alto grado de protección arqueológica", no sabemos en base a qué, pero es que el radar también se pasó por la zona este, donde también se mostraban restos. En el resto de la parcela no pudo hacerse la prospección por la presencia de vehículos. 

Posterior a la prospección geofísica realizada en 2008, en 2009, Juan Manuel Rojas y Antonio J. Gómez Laguna, realizaron una serie de sondeos de verificación para comprobar la exactitud del georradar. La zona marcada en este proyecto como de "alto grado de protección arqueológica" coincide con la zona denominada B por los arqueólogos, y la zona al este, es la Zona A, de los sondeos. En el informe arqueológico se dice, tanto para la zona A, como para la zona B, que donde la prospección geofísica mostraba la probable existencia de edificios, fue constatada por la realización de los sondeos. En la zona A, se constata la existencia de muros de grandes dimensiones y recintos de cierta importancia que formaban parte de un edificio de cierto porte, situados en una fase cultural visigoda entre los siglos VI y VIII d.C. En la zona B se localizó un edificio complejo con múltiples recintos. Es un sistema similar al empleado en los edificios que integran el yacimiento. Lo que están diciendo los arqueólogos, que también participaron en  excavar parte del yacimiento actualmente protegido como BIC, y por lo tanto saben de lo que hablan,  que en esta parcela (también se constató en el resto de zonas, todas ellas fuera del BIC), se constata la existencia de grandes muros de edificios, iguales, a los que existen en el yacimiento, es decir, que estamos ante el mismo yacimiento arqueológico y por lo tanto, la administración, ya hace años que debería haber actuado y ampliado los BIC existentes para proteger mejor los espacios existentes fuera de ellos. 

Proyecto de la Fase II del aparcamiento de Santa Teresa, y sobre él las zonas de sondeos de verificación A y B, mostrando restos de edificios construidos de igual manera que los existentes unos metros más allá, en la zona declarada BIC, quedando demostrado que se trata del mismo yacimiento arqueológico
En todo caso, en términos arqueológicos la zona A y la zona B debían haber sido tratadas de igual forma en el proyecto de adecuación del aparcamiento. Es incomprensible que se diga que la zona B presenta "un alto grado de protección arqueológica", y no se diga lo mismo de la zona A.

En todo caso, y como veremos más adelante, estas dos zonas sólo son una pequeña parte del yacimiento total. Es decir, que no exista información sobre el resto de la explanada es debido, como veremos más abajo, a que no pudo prospectarse el espacio por estar ocupado por vehículos. Está claro, por cómo se distribuyen los edificios detectados, que estos se prolongan por el resto de la explanada. Y esto, nos lleva directamente al cuarto y último punto.

y 4. Efecto de los aparcamientos sobre las posibilidades de conocimiento de la realidad arqueológica del subsuelo

Puesto que los responsables políticos siempre hablan, cuando quieren construir sobre o en zonas de en la que es posible que existan,  o se sabe que existen restos arqueológicos, de "respeto", o "sensibilidad" hacia la protección del patrimonio, y de cumplimiento de la ley, en este apartado pretendo poner de relieve los problemas que supone la existencia, y consolidación de este tipo de aparcamientos sobre un yacimiento arqueológico, y su relación con la redacción de ese famoso "Plan Especial"  y del nuevo POM, que se pretende que realicen arquitectos famosos. Como he escrito en otra parte, existe una gran diferencia entre lo que es un Plan Especial de Protección, que "exige" la legislación patrimonial para todos los Bienes de Interés Cultural con categoría de Zona Arqueológica, y un Plan Especial, según exige la legislación urbanística, para poder desarrollar y construir sobre ese suelo. De hecho, desde el año 2001, sobre la Vega Baja, ya han existido múltiples planes especiales, todos ellos para desarrollar urbanísticamente la zona, en algunos casos con unos índices de edificabilidad, que suponían, y suponen actualmente, porque la edificabilidad aprobada recientemente es la misma,  la "desaparición" total de los restos arqueológicos existentes, o que fueran apareciendo.

Está claro que si se habla de "respetar el patrimonio arqueológico", es porque ahí, hay restos arqueológicos que como hemos visto son los mismos o forman parte del mismo yacimiento, según el conocimiento que actualmente tenemos sobre el subsuelo, que los restos arqueológicos que se encuentra tan sólo unos metros más allá en la zona declarada BIC. Este no es el primer estacionamiento sobre restos arqueológicos. Todavía nos acordamos cuando encima del circo romano aparcaban a diario cientos de coches, o sin ir más lejos, el aparcamiento existente entre la avenida Coronel Baeza y la calle Maestros Espaderos, o el más reciente construido en San Pedro el Verde. Todos tienen en común que se encuentran ubicados sobre restos arqueológicos excepcionales. 

La situación actual  en relación a la edificación de la zona es la mismo que ocurría en los años 2005-2006, cuando se quería construir en Vega Baja I, y empezaron a aparecer restos arqueológicos. Entonces, aquel espacio no estaba declarado BIC, y se regía en cuanto a intervenciones arqueológicas a lo establecido en la legislación patrimonial de entonces. Se pretendía cumplir la ley, y proteger el patrimonio, pero haciendo eso, o a pesar de la legislación existente, el yacimiento estuvo a punto de desaparecer. Y esto fue así porque la Empresa Municipal Vega Baja vendió las parcelas cuando ya tenía conocimiento de que allí existían restos arqueológicos importantes. Ricardo Izquierdo Benito, arqueólogo que trabaja con la edad media, ha declarado en alguna ocasión que lo que se vendió a aquellos promotores no fueron unas parcelas edificables, sino un yacimiento arqueológico. Lo lógico es que debido a los indicios existentes ya en 2001, cuando se realizaron sondeos arqueológicos por toda la parcela y estos mostraron un yacimiento extenso que se extendía por todo el espacio en el que se pretendía implantar el proyecto urbanístico, la empresa, o la propia administración, dada la entidad de los restos que aparecían, hubiera realizado las excavaciones arqueológicas necesarias para cerciorarse de que lo que allí había era, o no, una ciudad visigoda completa, y no como sucedió, que se trasladó la obligación de excavar a los propietarios que adquirieron los terrenos. En ese contexto cada propietario, que había pagado su parcela, contrató su propia empresa arqueológica. Cada empresa o arqueólogo trabajaba de forma individual, sin conexión con los demás. El inicio de la excavación arqueológica en cada una de las parcelas se produjo en momentos distintos. Es decir, había parcelas que se estaban excavando, y parcelas que no, y en todas ellas arqueólogos diferentes, emitiendo sus informes a ritmos y bajo el criterio de estar excavando un yacimiento diferente del que existía al lado. Si la evidencia no hubiera sido tan clara, en el sentido de que en todas las parcelas iba apareciendo lo mismo, y a pesar de ello, si no hubiera sido por la presión pública de los ciudadanos, las fundaciones, academias, la prensa y organizaciones internacionales de defensa del patrimonio, las parcelas se habrían excavado, los restos habrían sido eliminados, y las viviendas se hubieran construido. Hoy no habría nada de qué hablar sobre Vega Baja.  En todo caso, las decisiones que se tomaron, y la falta inicial de actuación de la administración, fue el producto de unas enormes presiones económicas que no tienen mucho sentido en el ámbito de la protección del patrimonio. Si después de la primera intervención arqueológica, en el año 2001 se hubieran realizado los estudios necesarios, antes de vender las parcelas, no se habría llegado a la situación catastrófica desde el punto de vista patrimonial y empresarial, a la que se llegó.

Tirar para adelante con los ojos cerrados en relación al proyecto urbanístico Vega Baja I, ocasionó problemas muy graves, que estamos pagando, incluso, hoy en día, cuando fácilmente se podría haberse evitado todo eso realizando antes de vender los terrenos un estudio profundo del subsuelo, y tomando decisiones de forma sosegada con esa información. Hoy, hasta ahora, no existen esas enormes presiones económicas, por lo que puede actuarse de otra manera. De igual forma, la realización de un Plan Especial de Protección precisa para su redacción saber qué se va a proteger, Es decir, es necesario tener un conocimiento lo más profundo posible de la arqueología de la zona. Pero, ¿qué sucede si este conocimiento no existe? Pues que siempre puede defenderse que lo que hay en el subsuelo no tiene valor o importancia, es decir, el desconocimiento juega a favor de la toma de decisiones en contra del patrimonio, como sucedió en 2005-2006,  independientemente de que luego se caiga en el desastre. Si se ha aprobado una Modificación Puntual 28 que ha puesto a disposición de los promotores todo el espacio de Vega Baja, y que para su desarrollo final precisa la aprobación de un plan o planes especiales de desarrollo, está claro que la intención es "tirar para adelante como sea". Como hemos sabido la corporación municipal quiere que el  Plan Especial lo realice un famoso arquitecto, tal vez intentando descansar el éxito del mismo en un argumento de autoridad, en este caso arquitectónica, en lugar de en la racionalidad científica. Dicho plan, como sabemos, se va a desarrollar sobre un suelo con un alto valor patrimonial, por lo que lo más lógico sería que en la redacción del mismo participaran, de forma destacada, técnicos relacionados con los ámbitos a proteger, es decir, el paisaje, el medio ambiente, y el patrimonio arqueológico.

Para tener ese conocimiento del terreno, que sería necesario para evitar choques futuros entre patrimonio y urbanismo, o para redactar el plan especial de protección, es necesario tener acceso al subsuelo. Cuando se realizaron las prospecciones geofísicas en el año 2008, uno de los problemas con los que se encontró la empresa que realizaba estos trabajos fue con la existencia de vehículos aparcados. El radar no pudo utilizarse en las zonas asfaltadas, y en algunas de las zonas que no lo estaban, fue imposible prospectarlas por completo, debido a la presencia de los automóviles, además de por las interferencias eléctricas que provocaban y que distorsionaban las imágenes obtenidas. Como consecuencia, gran parte del espacio quedó sin prospectar. 

Prospección geofísica en la parcela de la UA 37. Como se ve, en más de la mitad de la misma no pudieron realizarse los trabajos, por estar asfaltada o haber coches en la zona que impidieron el acceso del radar o distorsionaban la señal. Otro "paisaje de aparcamiento toledano"

Esto mismo sucedió, como hemos visto,  cuando el georradar se dirigió a la parcela UA 7 (la del aparcamiento que ahora nos ocupa). Los vehículos aparcados impidieron que pudiera prospectarse el terreno completo. En relación a la parcela donde ahora se quiere ampliar el aparcamiento de Santa Teresa, mediante la segunda fase, sólo pudo realizarse la prospección en dos pequeñas áreas. Ahora bien, los resultados, a pesar de lo reducido del espacio prospectado, fueron concluyentes: los restos arqueológicos, de la misma tipología o características de los que aparecían en el yacimiento declarado BIC, se extendían por todo el espacio prospectado. 

Zonas de la parcela del aparcamiento donde pudo realizare la prospección y los sondeos arqueolólgicos. En el resto de la parcela, la existencia de vehículos lo impidió. 

Durante la primera fase de la adecuación del aparcamiento se cubrió una zona con adoquín, y otra, de similar tamaño, al oeste de esta, con una capa de zahorra de 20 cm. En la actuación que se pretende llevar a cabo ahora, se cubrirá esa zona de zahorra con adoquín, y el resto de la parcela, a excepción de una cuña existente cerca de la glorieta, se cubrirá con una capa de zahorra de 20 cm. Está claro que la consolidación de los aparcamientos con materiales como el adoquín, y la capa de 20 cm de zahorra, hará imposible la realización de una prospección geofísica que permita conocer mejor lo que hay en el subsuelo. 

En el proyecto de acondicionamiento se habla de la contratación de un seguimiento arqueológico. También se dice que no habrá movimientos de tierra o excavaciones. Si se realizaran, se afectaría al subsuelo, y por lo tanto al yacimiento arqueológico. Si no van a haberse esos movimientos o excavaciones, carece, en cierta manera, de sentido que se controle algo que no se va a producir, pero admitamos que toda medida preventiva es buena. Por el contrario, lo que sí va a suceder, porque no hay presupuestada ninguna partida para realizar una prospección del terreno, es que se va a "sellar" el yacimiento arqueológico, de forma que será imposible a partir de ese momento, poder utilizar georradares para conocer la realidad arqueológica del subsuelo, y por lo tanto será imposible planificar algo en base a un conocimiento profundo y real del contenido del subsuelo, en ese famoso "Plan Especial", que tenga que ver con la protección. 

Conclusiones

El aparcamiento existente en Santa Teresa, atenta gravemente contra las protecciones paisajísticas existentes en la zona, incumple o contradice el Plan de Movilidad Urbana Sostenible aprobado por la Junta de Gobierno del Ayuntamiento de Toledo, se desarrolla sobre restos arqueológicos que son los mismos, o forman parte del mismo yacimiento, que los que unos metros más allá están declarados BIC, y por último sellan el yacimiento arqueológico, de forma que será imposible en el futuro conocer la realidad arqueológica del subsuelo, por lo que los responsables políticos o quienes tengan intereses económicos en la zona, siempre podrán decir que allí no hay restos valiosos. En consecuencia, no sólo no debería consolidarse dicho aparcamiento, sino que debería eliminarse poco a poco. 

El conocimiento del subsuelo, o la falta de él, inciden directamente en las decisiones futuras que se puedan tomar sobre todo el espacio de Vega Baja, por lo que, en última instancia, antes de consolidar dicho espacio, debería conocerse la realidad del subsuelo, con el fin de que pueda tenerse una visión lo más real posible de qué es lo que hay bajo el mismo. Si no se puede conocer exactamente qué hay allí, la administración tutelar tampoco tendrá argumentos para ampliar los BIC existentes. De ahí la importancia de que ni este proyecto, ni cualquier  otro,  se lleve a cabo, por lo menos, hasta que se haga una prospección geofísica con la tecnología actual, y los sondeos necesarios para conocer la realidad del subsuelo. La Consejería competente en la tutela del patrimonio debería actuar de oficio y ordenar dichos trabajos, porque si no lo hace, siempre estará en cuestión.