Una senda, porque había que hacer algo. Hacer ciudad es otra cosa

Isabelo Sánchez
Licenciado en Geografía e Historia

Comparto la necesidad de dignificar el espacio de Vega Baja, ante el abandono y el olvido, y el deseo de la recuperación  para la ciudadanía de ese espacio, pero no puedo estar de acuerdo con esta senda por varios motivos.  Antes de mover una sola piedra sería necesario realizar varias tareas.

-       Sería necesario tener una visión lo más exacta posible de la situación actual del yacimiento. Para ello es necesario recopilar toda la información disponible sobre el mismo, para conocer lo que se ha hecho, qué contiene cada parcela excavada, hasta dónde se ha excavado en profundidad, qué proporción del yacimiento está excavado en extensión, cuántas parcelas están excavadas por completo y cuántas no, en extensión y profundidad, qué espacios son estériles por haberse vaciado, etc.

-       En ese mismo sentido, y puesto que el yacimiento está claramente mal delimitado, en base al conocimiento científico que poseemos en este momento, y además el BIC de ampliación de Vega Baja de 2008 carece de entorno de protección según establece la legislación, es necesario realizar los estudios pertinentes para delimitar correctamente el espacio que ocupa el sitio, de forma que pueda tenerse una visión global del yacimiento completo, y no de una parte, con el fin de poder planificar en base a esa información, y no actuar, o planificar, sin criterio alguno.

-       Toda esa información debe hacerse pública. No hay ningún motivo que pueda justificar que se prive a la sociedad de esa información, que la pertenece.

-       Una vez hecho eso, se necesita un plan. Con toda la información disponible es necesario tener un proyecto que determine dónde y cómo va a proseguir la excavación, qué zonas pueden visualizarse para que la sociedad pueda contemplar los trabajos y pueda valorar el yacimiento, qué zonas pueden recuperarse para usos sociales, ya sean como caminos para pasear, espacios públicos, o zonas verdes, que sean compatibles con los restos arqueológicos y que permitan a la vez disfrutarlos.

-       Es necesario ir recuperando poco a poco los espacios con un programa serio de actuaciones que contemple fuentes de financiación, patrocinios o mecenazgo, la implicación de universidades y de equipos de investigación tanto nacionales como internacionales, la posibilidad de que la sociedad toledana pueda participar en ciertos trabajos, con el fin de que puedan empezar a sentir el yacimiento como suyo. Es falso que el yacimiento necesite 26 millones de euros para excavarlo. Esa visión de “sacar” lo que haya es anticientífica, y no tiene ningún sentido en la arqueología actual. Habrá que excavar cuando sea necesario, según el proyecto científico, o el plan de puesta en valor. Otras zonas deberán mantenerse en reserva, o tapadas para su protección. Todo debe estar supeditado al programa científico, en base al cual deberán plantearse los objetivos a corto, medio y largo plazo.

-       Sería necesario realizar un proyecto de puesta en valor, y recuperación social de los espacios, que consista en la musealizacion de determinadas zonas, itinerarios por el interior del yacimiento, paseos, zonas ajardinadas e incluso huertos urbanos, donde no se afecte a los restos y sea compatible con el programa científico,  y que permitan la comunicación con las distintas áreas de la ciudad, etc. Sólo en este momento se podría planear esa senda, en ese sitio, o en otro, en función de cómo se haya planificado el sitio.

En ausencia de esos trabajos, la senda construida me parece que:

-       Es una obra de improvisación, como lo demuestra el hecho de que ni siquiera vaya a terminarse, o se haya tenido que colocar un vallado perimetral no contemplado en el proyecto inicial, prueba del poco contacto entre la administración tutelar y el Ayuntamiento, en la fase de proyecto.

-       Se ha creado una barrera encima de una parte del yacimiento, en un lugar que no se sabe si es o no el más idóneo desde el punto de vista arqueológico. Desde luego atraviesa una zona donde hay una gran cantidad de restos,  de forma que supondrá, en el futuro, un obstáculo para poder comprender el yacimiento, como lo supone en la actualidad, por ejemplo, el Parque Escolar, para entender el Circo Romano.

-       Era una obra innecesaria, como ya dijo ICOMOS, porque había, aunque precarios, otros caminos que permitían la comunicación.

-       El proyecto se ha llevado a cabo teniendo una visión arquitectónica de un espacio que es un yacimiento arqueológico, de gran valor e importancia, y por lo tanto donde lo que debe prevalecer es la visión arqueológica y científica, que tiene que tener por objetivo entender el yacimiento en su conjunto, y poner la información y el sitio a disposición de la sociedad. Las sendas, naturalizaciones, etc. siendo importantes y necesarias, deberían tener, en este caso, un papel supeditado a la arqueología.

En ausencia de un plan o proyecto, y comprobada la improvisación con la que ha actuado la administración, sólo encuentro como explicación para sacar adelante este proyecto el ofrecer un “caramelito” a la sociedad para que no protestara por las actuaciones urbanísticas que estaban planeándose en el entorno, de gran impacto para el paisaje y para los restos arqueológicos existentes en otras áreas, y para la integridad del propio yacimiento.

El dinero que ha costado la senda podría haberse destinado perfectamente a realizar todos esos trabajos de documentación y estudio tan necesarios para empezar a “hacer cosas” en Vega Baja. Hacer el paseo de esta manera, es como empezar a construir una casa sin planos, y colocar los pilares donde mejor le parezca al constructor y de la sección que le venga en gana, independientemente de que luego el proyecto precise otro tipo de pilares, o colocados en otro sitio.

“Hacer ciudad”, no es planificar viviendas, usos terciarios y dotacionales sobre un yacimiento, “hacer ciudad· no es soltar una senda aquí o allá, qué más da, para demostrar que en Vega Baja se puede hacer algo, “hacer ciudad” es ser coherentes con la importancia de los restos arqueológicos existentes en la zona, y empezar las cosas por donde deben empezarse, por el estudio y la planificación, “hacer ciudad”, por mucho que se diga que se es sensible con el patrimonio, es hacer otra cosa, que tiene poco que ver con el respeto por las obras de nuestros antepasados. 



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